Son numerosos los cementerios de la pampa salitrera, desde Iquique hasta Taltal. ¿Realmente están olvidados?
Nunca tanto. Siempre hay compatriotas generosos que cada 1 y 2 de noviembre recorren la zona de los mantos de caliche, donde funcionaron las legendarias Oficinas Salitreras que tanto aportaron al erario sosteniendo la economía nacional por más de 50 años. Tanto en la región de Tarapacá como en Antofagasta. Recordemos que Sergio González Miranda, Premio Nacional de Historia 2014, señala «que el ciclo de expansión del salitre suele enmarcarse entre 1880 y 1930, sin embargo, no existen suficientes argumentos, más allá de la incorporación en 1880 de Tarapacá, la principal provincia salitrera, al Estado-Nacional y que, en 1930, la crisis de la Gran Depresión tuvo un impacto profundo en esta economía».
El recuerdo de la vida salitrera perdura en el alma de los pampinos. Cada año, el 1 y 2 de noviembre, muchas familias se organizan y llegan hasta los cementerios de las oficinas que funcionaron paralelas a los mantos de caliche en una larga franja desde las alturas de Pisagua hasta Taltal. En Tarapacá, muchos pampinos de la Oficina Salitrera Victoria regresan al camposanto, para visitar las tumbas de sus seres queridos y están gran parte del día hasta despedirse al caer la tarde, con la promesa de siempre regresar el próximo año. No hay ningún pampino que no se haya ido de su tierra calichera sin derramar lágrimas, por dejar a sus parientes, amigos y todo lo compartido en años difíciles, duros, pero también colmados de alegría, sana convivencia y sus corazones llenos de esperanza, donde nunca faltó la alegría de compartir los buenos momentos que siempre serán inolvidables. Y no sólo van los victorianos, hay otros que visitan Negreiros, San Enrique, Tiliviche, donde está el British Cemetery, con su reja labrada y tumbas que lucen algunas ángeles y lápidas de mármol, con la inscripción God Blessed, etc. Lo mismo ocurre con los pampinos que trabajaron en María Elena, y viajan el 1 de noviembre a su terruño, para visitar las tumbas de sus seres queridos en el cementerio de Coya Sur (1911), llevando más de una corona para sus parientes y amigos adornada con flores de papel y de lata, como antaño.
Un saludo al Cielo para todos los pampinos de las oficinas: Argentina, Amelia, Aurora, Aguada, Agua Santa, Angela, Beranes, Buen Retiro, Cala Cala, Constancia, Carolina, Compañía, Cruz de Zapiga, Democracia, Esmeralda, Jaspampa, Mercedes, Normandía, La Palma, La Patria, La Serena, Primitiva, Peña Chica, Puntunchara, Progreso, Paccha, Paposo, Rosario de Negrerios, Ramírez, Reducto, Rosario de Huara, Sacramento de Zapiga, San Donato, San Jorge, San Juan, San Patricio, San Pablo, San Fernando, San Francisco, Solferino, Santa Elena, Santa Rita, Santa Rosa de Huara, San José Sebastopol, Tegethoff, Tres Marías, Unión, Virjinia (con j) y Yungai Bajo, San Enrique, La Noria, Santa Laura, Cala Cala, Iris, Savonia, Franka, Alianza, Victoria; en la región de Antofagasta: Santa Fe, Empresa, Rica Aventura, Prosperidad, Aurelia, Ausonia, José Santos Ossa, Luisis, Araucana, Filomena, Aconcagua, Astoreca, Cota y Valparaíso; Santa Luisa, Flor de Chile, Alemania; Cantón Central, Aconcagua, Anita, Arturo Prat, Aurelia, Blanco Encalada, Chacabuco, Candelaria, Carmela, Cecilia, Celia, Condell, Curicó, Edwards, Filomena, Francisco Puelma. Lastenia, Leonor, Lina, Luissis, Marta, José Santos Ossa, Perseverancia, Aníbal Pinto, Sargento Aldea, Domeyko, Pissis, Savona, Cantón Aguas Blancas Avanzada, Bonasorte, Castilla, Cota, Eugenia, María Teresa, Pepita, Petronila, Rosario, San Gregorio, Valparaíso, Yugoslavia, José Francisco Vergara, Pedro de Valivia, Los Dones, Algorta (Ex H.Astoreca), Ercilla, Coya Sur y Oficina María Elena (Coya Norte), último bastión calichero que demuestra que la industria del salitre está más viva que nunca.
Coronas con flores de papel, alambre y hojalata, una tradición que se mantiene (Fotografía aportada por Anyelina Rojas)
British Cemetery de Tiliviche
