Señor Director: En el mundo muchas cosas cambiaron, pero la envidia perdura. No muere nunca. Un refrán lo refleja: Si la envidia fuera tiña, ¡cuántos tiñosos habría!
He quedado impactado en mi nuevo trabajo porque me encontré con ruda, incienso, velas, santitos y demases y porque lo primero que me dijeron es que había mucha envidia entre unos y otros. ¡Cuídate!, me dijeron con un tono raro. No estoy acostumbrado a este clima.
Lo encuentro terrible. Hace poco se habló en los medios de la podredumbre humana. ¡Qué pena que pese a todos los avances no desaparezca la envidia que tanto daño hace! Es lamentable por donde se le mire.
La envidia es un defecto muy presente, pero oculto en el ser humano. La envidia se palpa y se nota en muchas personas que si se dedicaran a trabajar con honestidad, con esfuerzo, siempre haciendo el bien les iría formidable en la vida. Hay que desterrar la envidia porque no permite avanzar. Nunca hay que fijarse en el resto, hay que ser honesto con uno mismo primero y segundo con el prójimo.
Qué pena que haya gente que tiene trabajo y pierde mucho tiempo al estar atrapado por la envidia.
Berner L. Sch.