Señor Director: Las informaciones que emanan de la Convención Constitucional no dejan de sorprenderme.
Tengo 71 años y siempre supe que los minerales y el agua siempre han sido del Estado y el Estado somos nosotros, los ciudadanos chilenos que pagamos impuestos y los que no pagan. Es más, yo siendo jubilado sigo pagando contribuciones por mi casa.
Como se ha dicho el sábado pasado la Convención Constitucional (CC) se reunió para deliberar y votar las nuevas versiones de las normas de medio ambiente, entre las que destacan artículos que conforman el estatuto constitucional de los minerales. En la ocasión, los constituyentes aprobaron que el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas y sustancias minerales. Eso es así desde siempre y está en la actual Constitución que los comunistas llaman de Pinochet, cuando también tuvo reformas con los presidentes Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos Escobar y Michelle Bachelet Jeria. Entonces, no entiendo a la CC.
El Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas, comprendiéndose en éstas las covaderas, las arenas metalíferas, los salares, los depósitos de carbón e hidrocarburos y las demás sustancias fósiles, con excepción de las arcillas superficiales, no obstante la propiedad de las personas naturales o jurídicas sobre los terrenos en cuyas entrañas estuvieren situadas.
Pero toda persona tiene la facultad de catar y cavar para buscar sustancias minerales, con arreglo al párrafo 2° de este título, y también el derecho de constituir concesión minera de exploración o de explotación sobre las sustancias que la ley orgánica constitucional declara concesibles, con la sola excepción de las personas señaladas en el artículo 22.
Con respeto, además, me gustaría sugerir que en una próxima oportunidad, a los que deseen ser convencionales constituyentes se les tome un examen de comprensión de lectura y les hagan un dictado como requisitos esenciales para postular, luego publicar los resultados de ambas pruebas y si las pasan pueden optar para ser constituyentes.
No hay que olvidar nunca que el Estado concesiona para que gracias a la iniciativa individual se pueda desarrollar la industria. Gracias al individuo, puesto que el Estado debe estar al servicio de los ciudadanos y tener un rol subsidiario, garantía de libertad.
Luis C. Carrasco Molina