Señor Director: Había leído y visto en los medios el tema del Estadio Seguro. Soy de los viejos tiempos, entonces no sabía del tema Estadio Seguro. Sólo lo que leía y veía en la prensa y la televisión abierta porque no tengo cable.
Entonces, no sabía de qué se trataba hasta que mi primer nieto creció y este año empecé a llevarlo al Estadio de Cavancha, donde yo, por mi edad, sé toda la historia y porque fui testigo de muchos triunfos y derrotas.
Lo que quiero manifestar es que cuando fui, después de muchos años, me encontré con que tenía que inscribirme, dar mis datos personales. Me revisaron delante de mi nieto, tuve que dejar unas bebidas que llevaba. Increíble, ¿de qué se trata todo esto?
Antes iba al Estadio y nunca en mi vida nadie me pidió ningún papel. Incluso mi papá me llevaba a mí y hermanos y él iba de corbata. Era todo muy familiar y si alguna vez hubo mal comportamiento de las barras eso fue todo.
También me llama la atención eso de las visitas previas al estadio y llega una comisión a revisar. ¿Cuánta plata se gasta en eso? ¿Quién paga? ¿Por qué se pide documentos a ciudadanos que cumplen con todo? ¿No es un atropello?
La autoridad competente, los carabineros, tienen que cumplir su deber como siempre y proceder cuando hay desmanes y detener a las personas que los provocan y listo. ¡Qué se cumpla la ley! No podemos seguir con esto del Estadio Seguro. La solución es simple: El que provoca daños y no respeta las leyes, va preso y no hay derecho que valga porque precisamente se atenta contra todos los ciudadanos correctos, que desean vivir en paz y tranquilidad.
Yo digo No al Estadio Seguro, porque no tengo por qué seguirle el juego a los que no cumplen las leyes ni respetan al prójimo.
Rosauro Pérez D.
Abuelo jubilado
