Hugo Harvey, Doctor en Estudios Internacionales y académico investigador de Universidad de Las Américas
Este 16 de febrero se conmemoran 120 años del nacimiento de George F. Kennan, figura trascendental en la diplomacia y política exterior estadounidense durante la Guerra Fría. Originario de Milwaukee, Wisconsin, brilló como diplomático, historiador, politólogo y asesor en temas globales, personificando las múltiples facetas requeridas para el análisis de las relaciones internacionales.
Mientras ocupaba un puesto en la embajada estadounidense en Moscú en 1946, Kennan redactó el «Telegrama Largo», piedra angular de la política de contención de Estados Unidos contra el expansionismo comunista. Su artículo posterior, «Las fuentes del comportamiento soviético», firmado como Mister X en 1947, consolidó su creencia en la naturaleza expansionista de la URSS, argumentando que su influencia debía ser contenida en zonas de vital importancia estratégica para EE. UU.
Los trabajos y la vida de este diplomático Kennan, detallados por John L. Gaddis en su libro ‘George F. Kennan: An American Life’ y por Frank Costigliola en sus obras ‘The Kennan Diaries’ y ‘Kennan: A Life between Worlds’, trazan su trayectoria desde un analista joven hasta su posición como consejero influyente, aunque eventualmente marginado. Resulta crucial reconocer la frustración que Kennan sintió al presenciar la desatención a sus advertencias y recomendaciones, en especial hacia el final de su carrera, lo que refleja la compleja dinámica con la política exterior de su nación.
Su sucesor en el Departamento de Estado, Paul Nitze, lo calificó de «profeta sin relevancia… que debería retirarse a las montañas a ayunar y reflexionar», indicando que debía dedicarse a la meditación. No obstante, la previsión de Kennan, especialmente su resistencia a la ampliación de la OTAN hacia Europa Oriental—prediciendo que esto agitaría al «oso ruso» y desataría tensiones similares a las actuales en Ucrania—, destaca su comprensión profunda de las complejidades de las relaciones internacionales y subraya la importancia de anticipación y moderación en la política exterior.
Así, el legado de Kennan como visionario diplomático perdura. Su carrera y escritos subrayan el valor de interpretar la historia, la cultura y las motivaciones políticas para desarrollar políticas exteriores efectivas, llevando a muchos formuladores de políticas estadounidenses a preguntarse: ¿qué haría Kennan en mi lugar? Al reflexionar sobre los 120 años desde su nacimiento, Kennan resurge no solo como el estratega detrás de la política de contención, sino también como un recordatorio de la imperativa necesidad de una diplomacia meticulosa y considerada en un entorno global interconectado y desafiante.