Sr. Director: La inteligencia artificial (IA) está transformando al mundo con beneficios incalculables, incluso para la política y la democracia, pero sus usos maliciosos preocupan. Inquietan en particular la generación de imágenes y la clonación de voces para, por ejemplo, engañar a votantes en contextos electorales (o a la ciudadanía en general en otras situaciones). Imagine usted que escucha en el teléfono la voz (falsa, clonada) del presidente, diciéndole que no vaya a votar porque ayuda a su contrincante. Se trata de materiales difíciles de reconocer por el común de las personas -a veces hasta por la propia tecnología- y de contener en el proceso de diseminación. Por esto la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos ha declarado ilegales las llamadas automatizadas que contengan mensajes programados y voces generadas por IA.
El engaño, la manipulación y la desinformación han existido siempre, pero ha cambiado la capacidad para producirlos en cantidad y con altísima sofisticación, difundirlos instantáneamente y alcanzar a millones de personas en el mundo. Y mientras la tecnología avanza, los actores malintencionados afinan estrategias y tácticas para socavar la democracia y alentar la polarización y la desconfianza.
En Chile no somos inmunes. Además de políticas y reglas, debemos fortalecer el uso responsable y el desarrollo de conocimientos, habilidades y destrezas para lidiar con la información, muchas veces de dudosas procedencia e intencionalidad. Es un gran desafío de la ciudadanía digital y de nuestra época.
Cyntia Soto Cifuentes, miembro de la Mesa de Ciudadanía Digital: Responsabilidad, buenas prácticas y bienestar digital. Foro de Líderes de los Objetivos de Desarrollo Digital de Fundación País Digital y Gerente de Sostenibilidad, ClaroVTR.