Es de los anónimos de la guerra, el tipo de personaje que normalmente nunca se conoce, debido a que los datos sobre su vida, por ser un niño de solo 16 años, como miles más, cuando ingresa al Regimiento Coquimbo, llegando como cabo 2°
Había nacido en Illapel, hijo de Mariano y Manuela y debió acudir por un puesto en las filas del ejército a la salida del colegio ya que era solo un pequeño nacido en 1864 y que no medía más de 1, 60 mts.
No tocó fácil el inicio de su aventura en territorio hostil ya que llega directamente a Pisco en 1880 y le toca una marcha imposible hasta Lurín, para descansar solo un par de días antes de tomar su bautizo de fuego en las batallas de Chorrillos y Miraflores.
Después de ocupar la ciudad de Lima, vuelve a Chile en marzo de 1881 y su unidad es disuelta, por lo cual es de presumir que vuelve a las aulas escolares a terminar sus estudios.
Su historia se pierde en los tiempos y lo encontramos nuevamente en 1924 en la ciudad de Santiago en las oficinas del ejército, solicitando un bono.
Su registro deja para la historia que era católico, sus rasgos eran:
Cara ovalada, Ojos azules, Color blanco y era empleado de fundo y vivía en la calle Pastor Ovalle N ° 409.
Quizás su paso por Santiago fue corto ya que muere en La Serena el 11 de noviembre de 1937, siendo trasladados sus restos al cementerio municipal.
Un hombre solo muere cuando se le olvida…
Por Mauricio Pelayo