Querida pampa, atardecer de mil colores.
El apellido Maldonado está inmerso como el caliche y la chusca en medio del desierto. Habita desde los albores de la historia hasta nuestros días.
La vida en la pampa y en «La Noria» en particular, no era fácil, pues el trabajo a pleno sol de miles de obreros, no siempre se traducía en un mejor nivel de vida.
José se levantó pensando en los quehaceres del día, con su esposa Barbarita y sus seis hijos. (Benita, Dellanira, Pedro, Luis, Juan y Laura)
Un fuerte rumor corría, la declaración de huelga en la «Oficina San Lorenzo» y que se hizo extensiva a todas las oficinas de la pampa en el año 1907. No era posible seguir trabajando por fichas, sin recibir un sueldo digno. Lamentablemente el 21 de diciembre a las 15.45 horas se dio la orden de disparar a los obreros , por parte del Estado, desatándose el infierno en la «escuela Santa María» y sus alrededores.
La situación de José en «La Noria» sufrió un vuelco, pues al ser la panadería; proveedora de primera necesidad, vio disminuida sus ingresos por la escasa cantidad de vecinos.
También encontró José la muerte en un desgraciado accidente, pues las amarras que sujetaban la carga, cedieron ante el peso, aplastándole, los que le causaron múltiples heridas, falleciendo pocos minutos después. Barbarita estalló en un mar de lagrimas, pues había perdido al ser que más quería en este mundo.
Esta situación alteró profundamente el carácter de Barbarita, decidiendo al poco tiempo, arrendar la propiedad para radicarse en Iquique.Tres años transcurrieron en Iquique ,cuando decide volver nuevamente a «La Noria» y retomar la panadería, el almacén y el reparto de agua con sus hijos mayores.
Uno de sus hijos, Pedro, inició un romance con Hortensia Zapata Pimentel, nacida en el Cerro Barón de Valparaíso.
El amor entre Pedro y Hortensia se fue acrecentando como la inmensidad de la pampa y es así como a comienzos de 1919 deciden emprender juntos el camino a Iquique. Es así como entre 1920 y 1930 nacen Pedro 2º, Raúl, Norma, Hugo, Olga y Gilberto.
Diversas son también las casas que ven crecer esta familia: Tarapacá al llegar a 21 de Mayo, O’higgins al llegar a 21 de Mayo, Libertad al llegar a Errázuriz, Orella cerca del Buen Pastor y, finalmente, en Barros Arana frente el mercado, donde estaba la pensión «La Chilenita» pasando a llamarse «Durban» al que le adicionan billares asegurándose la concurrencia de clientes casi todo el día.
Bueno, en cuanto a los hijos de José y Hortensia, el primero en casarse fue don Hugo Maldonado Zapata con una linda señorita santiaguina, Zulema Cortés, cuyos hijos son: Juan Carlos, Patricio (Pato Loco), Luis (Luchito), Nancy Esmeralda, Nachito (fallecido a los dos meses), Zulemita y Don Hugo Maldonado Cortés; el narrador de la familia y la Noria.
Quizás este sea el camino de regresar a casa, quedarse, volver al desierto, al canto vital, a las salitreras, a la patria de la infancia en flor, al primer sueño de amor.
Sonia Pereira Torrico
Agradecimientos y textos a Hugo Maldonado Cortés
Mis abuelitos Hortensia y Pedro, 1964
