En la medida que nos aproximamos a la fecha de las elección presidencial y parlamentarias, la propaganda se vuelve más intensa. Es un proceso habitual de la democracia. La ciudadanía tendrá que soportar estoicamente en los diferentes medios radiales, escritos, televisivos, en diferentes plataformas digitales todo tipo de avisos, discursos, noticias y comentarios que sobrepasan la ética del periodismo. A veces, se salen del plano normal y despliegan una retórica despiadada. Es innegable que la realidad los atrapa.
Sinceramente me resulta difícil separar la legítima crítica política del odio y la cultura de la explotación humana. Utilizan “la libertad expresión”, con el único objetivo de moldear el pensamiento hacia la imposición del imperio mercantilista e individualista de la meritocracia.
Chile, en las elecciones del mes de noviembre próximo, se debate entre políticas públicas muy contrapuestas. Ya hemos escuchado a los distintos candidatos. A la mayoría les conocemos su trayectoria. Las posiciones ideológicas de los partidos políticos que los respaldan. También, hemos tomado conocimiento de sus méritos personales y las posturas que tienen sobre los problemas que aquejan a nuestro país. Más información la podemos obtener ingresando a las páginas del Servel. Ahí están los contenidos de sus programas presidenciales. Más claro que echarle agua.
Por nombrar, los graves problemas de violencia y criminalidad en Seguridad Ciudadana, la fuerte Inmigración, el flagelo de la Drogadicción y la Corrupción, hacen sus apuestas y orquestan a través del miedo, políticas de mano dura sin misericordia. Es aquí donde quiero poner el mayor acento de mi columna.
Detrás de las medidas para salir al paso a estos males indeseados, la democracia, según el sector de la derecha, debería girar para producir medidas hacia la implementación de una forma de Gobierno autoritario. Utilizar los mismos poderes legales para imponer la “destrucción del Estado de bienestar”. A la vez, ello implica implementar políticas para proteger los grandes intereses de los más ricos. Veamos.
Por tal razón creo que el Presidente Boric, en su discurso sobre el Proyecto del Presupuesto del del año 2026 al Congreso, hace alusión directa sobre la reducción del gasto público que han enarbolado los tres candidatos de la oposición. Como el Mandatario, mencionó una cifra en específico, el candidato de la derecha empoderado de tal política económica, en vez de responder con razones o argumentos, lo hizo agrediendo la dignidad de la persona del Presidente. Los partidos de la derecha, se sintieron agredidos por la falta de “prescindencia electoral” del Mandatario. Todo un escándalo.
El problema de fondo está planteado. Si hay recortes Presupuestarios alguien debería sufrir las consecuencias. Es cierto, que se está gastando más de lo que se recauda. Pero, no se trata de aprovecharse del pánico para desmantelar las políticas sociales que han llevado adelante diversos gobiernos en democracia.
En mi humilde juicio, el Déficit Fiscal, se requiere realizar “ajustes”; pero en ningún caso, implementando un “Presupuesto restrictivo” relativo a las pérdidas de mejores condiciones de vida a las actuales generaciones de nuestra sociedad. Aplicando el sueño dorado de la involución social de la ultraderecha neoliberal, sea quitando bonos, eliminando subvenciones, desfinanciando ciertos programas en salud gratuita, impedir pensiones más acordes con la realidad, etc.
Entonces, entremos a la polémica. Creo que el Presiente Boric, en esta última presentación del “Presupuesto 2026”. Tenía el justo derecho político de interpelar a quienes pretender ser Gobierno en el día de mañana. Sí ¿Estos recortes económicos se harán con cargo a la mayoría de los ciudadanos/as de nuestro país? Ahora toda la tribuna es de ellos. Respondan no con demagogia y con altura de miras. Veremos como cambian de colores y matizan sus medidas para hacerlas creíbles.
Más allá de las mismas elecciones, lo que Chile se enfrenta, por un lado, es avanzar en mejorar y corregir el actual modelo económico y la eficiencia del Estado para enfrentar los dramas de un modelo económico que se viene desmoronando inevitablemente para caer en una crisis mundial sin vuelta atrás. Así como cayó la Unión de Repúblicas Soviéticas (U.R.S.S.) creo que el mayor imperio del capitalismo (E.E.U.U.), también está en su fase terminal, donde la militarización y las guerras le dan un último respiro de sobrevivencia. ¿Estoy muy equivocado? Claro que pienso que cada uno tiene el derecho a tener su propia opinión.
Retomando a la discusión de fondo. Por otro lado, está la forma de afianzar la producción y la productividad. El crecimiento y aumentar la inversión; ambos términos no siempre se encajan automáticamente. En manejos Presupuestarios excesivamente restrictivos, en la política macroeconómica, monetarias y fiscales, conlleva la distribución de la renta. Las empresas siempre requieren aumentar sus ganancias, por lo mismo, incrementar los excedentes a favor del capital.
Aquí mis miedos se vuelven paranoicos. Salir a la calle y ser víctima de la delincuencia, ya es grave. Pero otra cosa muy distinta, es que, en el Trabajo, ahora te quiten las 40 horas semanales de trabajo. Que rebajen las condiciones laborales y las exigencias de seguridad, se imponga la Flexibilidad Laboral y la eliminación del Salario Mínimo. Los sindicatos serán instrumentos colectivos sin poder de negociación legal, la Dirección del Trabajo, sus funciones serán reorientadas, netamente pasivas y de observatorio laboral.
Amigos/as, la distribución regresiva del Presupuesto, es echar por tierra todos los avances sociales que hemos recuperado y logrado desde la vuelta a la democracia. Hay quienes no les importa la defensa de los más vulnerables y de lo que pasa más allá de nuestras fronteras. Las muertes de niños, madres y mujeres inocentes, de profesionales y académicos en Gaza. Me parece justo el derecho de levantar la voz por aquellos que sufren día a día. No se trata de ser valientes o defender doctrinas, aquí hay mucho por discutir y analizar.
Me gustaría leer y escuchar propuestas que nos hablen de cohesión social, mejorar el Déficit Fiscal sin dañar el Estado de Bienestar, que nos empapen del pleno Empleo Decente y las vías para alcanzar el Desarrollo sin discriminación y una patria más justa para todos/as… Gracias.
Nelson C. Mondaca Ijalba
nmonijalba@gmail.com
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