Me encontré cerca de mi domicilio con un vecino de la tercera edad, Un veterano ejemplar. Barre todas las mañanas la vereda de su casa. Limpia el jardín de hermosas flores primaverales. Camina hasta la otra esquina de la calle con un pequeño balde de agua en la mano y riega las pequeñas palmeras instaladas hace unos meses en este lugar.
Es un hombre jubilado y querendón del Barrio Norte. Respetuoso y muy atento. En nuestro Iquique, los que realmente son de nuestra tierra, todavía mantienen la limpieza frente a sus casas y sacan la basura según los horarios establecidos por la I.M.I. También he visto como han llegado al sector nuevos vecinos. No tienen estos hábitos de nuestro vecino ejemplar y de las enseñanzas de nuestros progenitores.
Nuestra breve conversación trató de algunas inquietudes que tenía sobre el Consultorio Videla. Creo haberle ayudado en este sentido dándole la razón del porque los recursos son escasos para cubrir todas las necesidades del pueblo.
De este encuentro, me quedó dando vueltas en mi cabeza que existía un legítimo miedo ciudadano. Está latente en nuestra vida diaria, especialmente, en las personas de avanzada edad y con responsabilidad familiar. Nos volvemos aprensivos, desconfiados, temerosos, asustadizos y cobardes. Por lo tanto, a mi entender, es natural un comportamiento de mayor protección, lejos del peligro y tener acceso a la más eficiente seguridad posible.
Es deber del Estado combatir la delincuencia -en nuestros tiempos más violenta- el crimen organizado, la drogadicción, el contrabando de armas y el terrorismo en el sur de Chile. A estas responsabilidades, agreguemos el control fronterizo en toda nuestra extensa frontera norte para frenar el abordaje de inmigrantes ilegales y el comercio de “trata de personas”. Nos plantean realidades que nadie puede desconocer y que requieren medidas urgentes y permanentes, tanto públicas como privadas.
Vamos por parte. La Pobreza, la Desigualdad dentro del capitalismo hacen un campo fértil para el crecimiento de estas perversidades en los sectores populares y más vulnerables. Miren ustedes, existen ladrones y delincuentes, desde que tengo uso de razón. La gran diferencia del ayer con el presente, es que hoy son desquiciados en la violencia y “super estructurados” en su modus operandi, están muy lejos de aquellos que lo hacían en solitario y a pie. Ahora no. Escogen y seleccionan a sus víctimas, están armados y dispuestos a “jugarse el pellejo” entre la vida y la muerte, al enfrentarse con la policía. En síntesis, vivimos otros tiempos. Las plataformas tecnológicas las han incorporado a sus acciones antisociales y delictivas. Tienen más recursos en todo sentido.
Al estudiar las causas de fondo de estos problemas sociales, mayormente, se anidan en la perdida de valores y el dominio de concentración de la riqueza. La recuperación de la democracia, se ha visto sometida a esta realidad objetiva y subjetiva. En la clase política una oportunidad de oro para arribar a un estatus de vida superior y privilegios propios de la casta conquistadora del poder. Hay quienes son servidores del colonialismo moderno y del imperio del libre mercado impuesto por los dueños del poder económico. No todos los políticos son iguales y sus ideologías representan la defensa de tales intereses.
Sin apartarme del horizonte de la columna. Cuando todos los días nos bombardean con noticias alarmantes y catastróficas, asumimos en el subconsciente, intoxican a la población que estamos bajo el control del crimen y la delincuencia. Impera la ley del más fuerte, que no existe Justicia y si existe, es banal e intrascendente. Sostienen que la Justicia es corrupta. Un buen abogado penalista, hasta pueden salir libre en breve tiempo.
No es así de simple. Carabineros de Chile y la PDI, cumplen una loable, patriótica y a labor en la persecución de los delitos y a sus autores. Sí, es en Chile, que se han detenidos y encarcelados a estas bandas nacionales e internacionales. Todo crimen se descubre y se les lleva a la Justicia para que paguen por él. Cada vez, son más los detenidos y puestos en prisión.
La puerta giratoria de la Justicia, hoy es más severa y menos garantista. Estamos claros, todavía hay espacios que urgen corregir y avanzar en el ámbito carcelario. La administración de la Justicia debiera ser totalmente independiente de la clase política. Es la misma Corte Suprema tratando de mantener su independencia y actuando en tal sentido con los Diputados desaforados.
En otra arista. No se trata de reclutar solamente más Carabineros y de aumentar la planta de Investigaciones o de disponer más miembros de las FF.AA., en la frontera. A mi juicio, el Estado debe invertir en llevar adelante un Servicio Exclusivo de Control de Fronteras creando un cuerpo policial especial de frontera. Basta de medidas parches y distractivas del verdadero rol de nuestras FF.AA. Esto requiere de recursos exclusivos y focalizados en asentar políticas estratégicas similares a los países de la OCDE.
No. Es preferible hacerse los “inteligentes” a la chilena. En resumidas cuentas, -perdonen mi franqueza- somos parte del territorio anexado a Chile después de la Guerra del Pacífico. Pues, es por el Norte Grande, donde ingresan los migrantes a Chile. Sí no fuera por el cobre y otros minerales, dando solvencia a las arcas fiscales, poco les importaría lo que demandamos en políticas descentralizadoras de nuestro Estado. Patético, donde, el Gobierno de turno, 100% seguro, continue manteniéndonos en su patio trasero. Cerrar fronteras, más zanjas y militares a la frontera.
Honestamente, me siento prisionero de mi propio país, no disfruto de mi libertad ciudadana. ¿De quien es la culpa? Puede ser del sistema político vigente que me ha tocado vivir y ver. Finalmente, después de pensarlo dos veces, creo que es solamente mía.
Por último, la memoria es frágil. Recuerdo que llegó un bus de Santiago con migrantes y los dejaron abandonados en nuestra ciudad. Hoy prometen resolver el problema de la migración con esa misma determinación y mediocridad. Le sacan provecho al miedo porque es un medio para llegar al poder. No nos equivoquemos al momento de sufragar… Gracias.
Nelson C. Mondaca Ijalba
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