Señor Director: En una sesión de directorio, uno de los miembros presentó un informe brillante, bien estructurado, lleno de argumentos, impecable… Sorpresa, lo había hecho con ChatGPT. Ya es parte de una constante y me pregunto, ¿cuánto de lo que pensamos sigue siendo realmente nuestro?
Desde hace ya un tiempo, en broma y en serio, hablamos de “gepetear”. Lo usamos cuando alguien pide ayuda a la inteligencia artificial para ordenar ideas, escribir algo o pensar más rápido. Pero también lo usamos como advertencia. Porque detrás de la eficiencia está la tentación de dejar que la herramienta piense por uno.
Innovar no es dejar de pensar, es pensar mejor. En eso, la ética y la integridad importan más que nunca. No se trata de prohibir la tecnología, sino de usarla con criterio, de no perder la autoría ni el sentido.
Al final, gepetear no es malo. Lo malo sería dejar de preguntarnos qué queremos decir antes de pedirle a una máquina que lo diga por nosotros.
José Ignacio Camus
 
                                 
			 
			 
                                









