Queridos amigos y camaradas: Hoy me toca cerrar un ciclo que nació sin buscarlo hace poco más de cuatro años, pero que marcó profundamente estos años de nuestras vidas. No fue un proyecto político; fue un acto de responsabilidad. Una reacción íntima y colectiva frente al riesgo real de perder el Chile que conocemos y amamos.
Antes de despedir este capítulo, siento que corresponde dejar constancia —con la honestidad que nos ha guiado siempre— de los pasos que dimos juntos y de los hitos que construimos codo a codo durante este tiempo.
1. Como uno de los más de 100.000 chilenos que firmamos el Manifiesto Amarillos, inspirado por Cristián Warnken Lihn, nacimos como movimiento para defender el Rechazo frente a una propuesta constitucional que amenazaba con refundarlo todo y romper la continuidad histórica del país. Era imposible quedarse mirando.
2. Sin haberlo pedido ni imaginado, me tocó encabezar —de la mano de hombres y mujeres nobles, generosos y valientes— la formación de Amarillos por Tarapacá, ese espacio ciudadano que surgió desde la convicción y no desde la ambición.
3. Juntos en Iquique logramos reunir a las fuerzas del Rechazo todos los jueves en el Club Croata y en las calles: volanteando, marchando, haciendo banderazos. Vinieron exministros, exsenadores y exdiputados de todos los colores; sí… pero lo más grande, lo verdaderamente noble, fue que también estuvo allí la gente común y corriente: vecinos, trabajadores, emprendedores, estudiantes, jubilados. No éramos un grupo de autoridades; éramos un pueblo movido por convicción, hombro a hombro, sin títulos ni privilegios, unidos por la certeza de que Chile estaba en peligro.
4. Gracias a ese trabajo, a la entrega desinteresada de tanta gente y a los partidos que se sumaron bajo el paraguas de Amarillos x Tarapacá —RN, UDI, PDG, y valientes demócratas venidos de la DC, PR, PPD y PS— logramos todos juntos que el 4 de septiembre de 2022 Tarapacá votara con un contundente 68,23% por el Rechazo. Y dentro de esa multitud comprometida estuvieron jóvenes promesas de la política local, como Patricio Quisbert y Vittorio Canessa, quienes ayudaron como tantos otros y que luego disputaron cargos de elección popular con un gran nivel de votación.
Desde la mesa donde era un vocal más —porque ese era el nivel de compromiso que correspondía asumir— y como Teniente de Ejército (Rva), sentí un nudo en la garganta. Fue el día en que la razón venció a la fuerza, el día en que Chile habló con claridad. Y en ese instante se me vino a la cabeza un párrafo de un libro que guardo con profundo respeto: “Allí iban peones, artesanos, jornaleros, vecinos sencillos, padres de familia, hombres de campo, mineros y obreros… todos distintos, todos necesarios… caminando juntos,
18 de noviembre de 2025
empujados por una misma convicción, hasta ofrendar lo más valioso que existe: la vida.” Más de alguien sabrá a qué libro me refiero.
5. Después, junto a otros 100 ciudadanos destacados, tuve el honor de ser uno de los fundadores del partido Amarillos por Chile, legalizado el 29 de junio de 2023, partido que llegó a tener más de 6.000 militantes a nivel nacional.
6. En nuestra región logramos legalizar el partido gracias al trabajo silencioso y generoso de personas que solo querían darle una voz al centro democrático. En ese camino —un honor que siempre llevaré conmigo— fui su primer y único presidente, y como lo prometí, estaría hasta el último día acompañándolo con lealtad y coherencia. Durante ese trabajo incansable, Amarillos por Tarapacá reunió a más de 550 militantes.
7. Como partido estuvimos presentes y apoyamos activamente las cuatro últimas y más importantes elecciones democráticas: el primer plebiscito constitucional, el segundo plebiscito constitucional, las municipales y de gobernadores 2024, y ahora las presidenciales y parlamentarias 2025.
8. Y desde el centro democrático fuimos una oposición firme, clara y sin dobleces ante el gobierno del Presidente Gabriel Boric.
Nada de esto que logramos en la región de Tarapacá lo hice solo. Cada logro, cada reunión, cada banderazo, cada volante y cada conversación fue obra de un colectivo.
Como es de público conocimiento, el partido, al no lograr el umbral mínimo exigido por la ley, entra oficialmente en fase de disolución a nivel nacional.
Seguiré contribuyendo desde donde la vida me tenga, porque Chile necesita ciudadanos despiertos y comprometidos, no solo partidos.
Hoy, ya como independiente, tengo total claridad: no me perderé ni un segundo frente a proyectos que pongan en riesgo la libertad. Desde mi conciencia y sin interés alguno, apoyaré a que el próximo Presidente de Chile sea José Antonio Kast. Lo hago por convicción.
Ya finalizando, quiero agradecer muy especialmente a un importante pilar que tuve en este camino. Agradezco a Patricio Sesnich Stewart, héroe de la democracia que algún libro de historia reconocerá en un futuro no tan lejano.
Gracias a todos quienes hicieron posible que Amarillos por Tarapacá existiera. Nos vamos con la frente en alto, orgullosos de haber cumplido —humildemente— con lo que nos tocó vivir.
Gracias, camaradas, por caminar juntos este tramo del camino. Cada uno, desde su lugar, tiene un rol en la defensa de nuestra democracia.
Con cariño, respeto y gratitud,
René Ávila Álvarez.








