(Consignado por Ex Ante).- El analista político señala que Kast fue lúcido al no considerar propios todos los votos que obtuvo en segunda vuelta y su principal oposición será la brava de la derecha radical. También afirma que gran parte de la magnitud de la derrota oficialista se le adjudican con fundamento y pronostica que el socialismo democrático diferenciarse del Partido Comunista y del Frente Amplio. Y no le ve mucho futuro a la alianza entre Parisi y Pamela Jiles.
-¿Cuáles son los hitos más relevantes del año y sus proyecciones?
-Es el año de la derrota estratégica de la nueva izquierda en su primera experiencia de gobierno y, como las otras izquierdas, le entrega el gobierno a la derecha, pero de una manera mucho más catastrófica. Termina distinto a cómo terminaron Bachelet 1 y Bachelet 2, que fueron derrotas relativamente estrechas. También es el año del voto obligatorio. Pasamos de una situación en que votaba la mitad ideologizada y politizada del país a unas elecciones donde votan la totalidad de los chilenos.
-¿Hasta qué punto ese es un voto que puede permanecer favorable a la derecha?
-No creo. Es un voto que ha demostrado ser un voto “contreras”, contra el poder establecido. No vota de acuerdo a referencias ideológica, ni tampoco desde el eje izquierda, centro o derecha. Lo hace según sus urgencias e insatisfacciones. Kast no ha incurrido en el mismo error de Bachelet 2, cuando se creyó que el país había virado a la izquierda; Piñera 2, cuando se creyó que el país había virado a la derecha; y Boric 1, donde se creyó que por fin el país había virado a la izquierda refundacional El país no ha virado hacia ninguna parte, sólo que ahora el que no sintoniza con las preocupaciones de los chilenos no tiene ninguna opción de gobernar. Quien se desvía demasiado del sentido común popular, ningunea el crecimiento, la necesidad de seguridad, ve la migración como un derecho que el Estado no puede regular, no tiene ninguna opción de llegar o regresar al poder.
-Tu dices que Kast tiene claro que sus votos son “votos prestados”, que no es dueño de su 58,16%.
-Es el primer acceso de lucidez que veo en un candidato que gana con tanta ventaja. Boric es el que llegó a ser presidente con el menor apoyo propio de toda la historia contemporánea de Chile. Y sin embargo, con el 56% de la segunda vuelta creyó que el país estaba listo para una refundación. En su discurso del triunfo, reivindicó a Allende. Kast ni siquiera reivindicó a Jaime Guzmán, entendiendo que el 58,16% de la segunda vuelta fue un voto en buena medida contra la continuidad de este gobierno.
-¿Boric tuvo una importante responsabilidad en la derrota de Jara?
-Todas las elecciones presidenciales son un plebiscito al gobierno de turno. Más aún si se presenta a la elección con una candidata oficialista y miembro del gobierno. Muchos dicen que Jara perdió por el anticomunismo, pero ese factor es muy marginal. Lo que había era antiboricismo, antigobierno. El gobierno tiene un apoyo duro y parejo durante todo su mandato en torno al 30%, pero tiene un rechazo, que es igualmente duro, en torno al 60%, y eso se expresó en la elección.
-¿Y el hecho de que Boric la haya opacado?
-Por supuesto que influyó su inédito protagonismo en la campaña de primera vuelta, y reforzó la dimensión siempre existente del plebiscito al Gobierno. Boric fue el jefe de campaña de Kast porque lo eligió como el principal opositor y el resultado pone en duda si será el principal opositor al gobierno de Kast. La gente andaba buscando justamente eso, a su principal antagonista. Y él construyó ese antagonismo, incluso en cadena nacional. Fue mucho más protagónico en primera vuelta, en la segunda hizo una incursión al final. Y en la primera 7 de cada 10 chilenos votaron por opositores.
-¿Boric todavía tiene condiciones de ser el líder de la oposición y competir el 2029 con posibilidades de éxito?
-Hace seis meses parecía muy claro que sería el principal lider de la oposición. Ahora va a haber competencia. Jara estuvo muy por encima del apoyo al gobierno de Boric, por encima del Apruebo, y superó con creces la votación de Boric en primera vuelta el 2021. Y está el hecho de que se le impute a Boric, con fundamento, la principal responsabilidad en la magnitud de la derrota. El resultado enredó las cartas, habrá competencia muy intensa por el liderazgo. Y la centroizquierda podría reencontrarse con sus 20 años de gobierno y generar una alternativa diferenciada de la izquierda frenteamplista y comunista.
-Si no es Boric y ni Jara ¿quién podría asumir el liderazgo?
-Jara quedó bastante mejor que Boric. Sacó 10 puntos más, 11 puntos más del respaldo al Presidente, y luego sacó casi 4 puntos más que el Apruebo. Ella va a competir por el liderazgo si logra primero transformar al Partido Comunista, o se libera del Partido Comunista, que es una mochila, una especie de cárcel donde no puede moverse con libertad. Pero hay otros liderazgos que van a surgir. Ahí están Tomás Vodanovic o Paulina Vodanovic. Cuatro años es mucho tiempo. Hay que esperar coyunturas críticas que hagan surgir nuevos liderazgos.
-Kast ha dicho que el suyo será un “gobierno de emergencia” y una coalición en torno a un programa específico, y lo no está ahí no entra.
-Esa es la condición sine qua non para pensar en la posibilidad de su éxito. Su principal adversario, su kriptonita, no va a ser la oposición, sino su barra brava. Tiene que concentrarse en los temas unidad nacional, no en el plan de batalla cultural de la derecha radical. Ahí tendrá una dificultad. Tiene a Kaiser y su bancada, 8 diputados y una hermana en el Senado, para marcar eso. Todo movimiento hacia la unidad nacional lo favorece. Imagínate que, pragmáticamente en marzo, apoya la candidatura de Bachelet a la ONU. ¿Qué va a pasar con sus radicales?
-Se van a oponer.
Naturalmente y estoy hablando sólo de una coyuntura, y habrá varias. Kast sabe que tiene que mantener y ampliar su mayoría.
-¿Qué papel le viste a Parisi este año y qué proyección puede tener?
-Empezó muy bien y terminó muy mal. Había avanzado un paso y retrocedió dos. Su tentación pretenciosa, mesiánica, no hizo el duelo de no haber pasado por 540 mil votos a segunda vuelta, y creyó que podía estar en la segunda vuelta como candidato de los votos blancos y nulo. Pero resulta que 503 mil habían votado blanco o nulo, y sólo se agregaron 445 mil, y su votación en primera vuelta había sido 2.552.000. Y esos 445.000, no todos son seguidores de Parisi. Fue un verdadero fiasco.
¿Qué lo llevó a ese fiasco?
Él no evaluó bien que su extraordinaria performance estuvo basada fundamentalmente en el voto obligatorio. Debe haber sacado el mismo 10-12% del 2021 en los votantes habituales que había sacado en 2021, pero más del 25-28% en los votantes nuevos. Y estos últimos no no son una barra brava, no son seguidores si te votan una vez te van a votar la siguiente y la subsiguiente. Votan de acuerdo a donde les aprieta el zapato y le creyeron por algunas teclas que tocó durante su campaña. Esa fue su principal equivocación, y creo que mató el punto. Mató el efecto que había tenido, salió de segunda es mucho más pequeño del que salió en primera vuelta.
¿Controlará a su bancada parlamentaria?
Su bancada es prácticamente imposible de mantener unida, hay hay desde el terraplanismo trumpista hasta el radicalismo más extremo de la izquierda. Hacerla comportarse de manera colectiva será muy difícil, le puede ocurrir lo que ya le ocurrió en la elección pasada. Además, él pretende ser el fiel de la balanza en el Parlamento, pero no sabe que hay muchos postulantes a fiel de la balanza. Hay 8 diputados democratacristianos, más de 9 independientes de centroizquierda, y está la propia centroizquierda. Te aseguro que no va a ser necesariamente el fiel de la balanza. Vamos a verlo ahora en la elección de la mesa de la Cámara.
-Le ves futuro a su alianza estratégica de Parisi con Pamela Jiles, que ha incendiado todos los partidos donde ha entrado?.
-No. Pamela Jiles es una figura rutilante, pero como en el juego de las muñecas rusas, trata de meter una muñeca más grande dentro de una muñeca más chica y verás cómo es imposible. Y de los 14 diputados que eligió Parisi, hay 7 que son PDG y otros 7 que llegaron para subirse a la micro y no está claro cuál va a ser su destino final.








