Los seres humanos valoramos extraordinariamente la libertad, en todos sus ámbitos: sociales, económicos y de pensamiento.
Nos agrada tener servicios a la mano, poder elegir ciertos bienes y comprar productos a nuestra elección. Es cosa de ver el comportamiento de las personas en un mall o stripcenter.
El acceso a la energía no escapa a esta valoración. Por razones profesionales lo veo a diario, prácticamente en todo Chile. Veo y aprecio la tremenda valoración que las personas tienen por la energía.
La libertad de disponer energía y tenerla a su alcance, es tan valorada en nuestras comunidades, como necesaria.
Por ello, es que deben profundizarse las acciones tendientes a que todas las comunidades rurales de nuestro país, dispongan energía por intermedio de sistemas autónomos.
La disposición de electricidad, verdaderamente cambia la vida a los potenciales beneficiarios de ella, aparte de que al usar sistemas renovables, además, se colabora con el intento de lograr una mejor salud para nuestro planeta.
Disponer energía, permite a los beneficiados por ella, desarrollar actividades educativas, sociales y productivas, que en definitiva, dan la opción para que esas zonas se desarrollen en un contexto un poco más equilibrado con respecto a las zonas urbanas.
La disposición de energía universal verdaderamente podría acabar con la pobreza de una manera eficiente y efectiva.
Si deseamos entregar herramientas para un verdadero desarrollo local, y si se pretende ser coherentes con los discursos de soberanía, en muchas ocasiones muy manoseados por los estamentos políticos y gubernamentales, debemos entonces entregar las herramientas y sistemas para que las comunidades dispongan sistemas energéticos y de producción de agua potable para su desarrollo.
Llama muchísimo la atención, y es sorprendente que al año 2019, aún tengamos comunidades que no dispongan electricidad ni agua potable.
Parece increíble, pero en un radio de menos de 200 kilómetros respecto de nuestras más importantes ciudades, aún tengamos localidades que no disponen de estos elementos vitales para la vida y subsistencia económica.
Creo, que por una necesidad moral, ética, democrática y respeto hacia estos compatriotas, se debería dar una solución concreta y breve a estas imperiosas necesidades.
Hernán Cortez Baldassano
Ingeniero Civil
hcortez@enersa.cl