Señor Director: Cada vez que se acerca el invierno o bajan las temperaturas, comenzamos a pensar en los desagradables resfríos y hacemos todo lo posible para que esto no suceda y empezamos a consumir la famosa Vitamina C o ácido ascórbico.
La Vitamina C es una vitamina hidrosoluble, que se disuelve en agua y se considera esencial, ya que no puede ser sintetizada por uno mismo. Tiene propiedades antioxidantes, ya que protege a las células de los radicales libres, ayuda a la absorción de hierro, por ejemplo, en personas con anemia, actúa como inhibidor de histamina, el cual es un compuesto que se libera durante reacciones alérgicas. Diversos autores manifiestan que previene el riesgo cardiovascular y cáncer.
Existen muchas controversias en relación a esta vitamina con el resfrío. Distintos autores señalan que el consumo de ésta, no protege de contraerlo, aunque se consuma más de la dosis recomendada. Sin embargo, otros autores como Hemilä H explican que sí existen evidencias de que la vitamina C, acorta la duración de los resfríos y alivia los síntomas si se consume diariamente.
Es muy importante aclarar que hay que ser responsable con la dosis consumida. Según las DRI (Dietary Reference Intakes) 2019, el rango de normalidad que se debe consumir va desde los 90 mg/día para hombres adultos, 75 mg/día para mujeres adultas y un límite máximo de 2000 mg para ambos.
Existen distintos alimentos como las verduras y las frutas que tienen gran contenido de esta vitamina. Por lo tanto, es fundamental incorporar estos alimentos a nuestra dieta, por ejemplo, macedonia, agregando kiwis, naranja y ensaladas, sobre todo, de repollo aliñadas con limón.
Natalia Ulzurrun Magaña
Académica Escuela Nutrición y Dietética U. Andrés Bello