- Cada día que pasa vemos más comunidades que tienden al empoderamiento y autonomía energética.
- Existe total conciencia y convicción de que el camino más rápido para su desarrollo local, es la autogeneración de electricidad y producción de agua.
- Se acerca, inexorablemente, el autodesarrollo de comunidades, cuya única posibilidad son las ERNC.
- Por mi experiencia, es el único camino técnico y económico viable.
Por razones laborales, me ha tocado comprobar que cada día que pasa, las comunidades tienen mayores conocimientos y convicción de que la única manera de lograr su desarrollo económico, es mediante el auto abastecimiento desde el punto de vista energético y de agua para sus procesos productivos.
En particular, las caletas pesqueras y comunidades agrícolas de Chile.
Ello, particularmente porque estas comunidades no son sujetos de interés por parte de las empresas distribuidoras de electricidad y de agua, las cuales deberían realizar enormes inversiones para llegar con sus insumos a los puntos de consumo, normalmente muy distantes de las ciudades importantes.
Pero evidentemente esas grandes inversiones no se realizan porque no son rentables por una muy baja cantidad de clientes potenciales. En gran medida las empresas no están dispuestas a realizar inversiones de un lento retorno, salvo que sean beneficiarios de un proyecto de más largo alcance.
En nuestra región, tenemos los casos de caletas de pescadores artesanales tales como San Marcos, Chipana, Chanavaya y Río Seco, entre otras del país, cuyas familias trabajan desde temprano en la extracción del marisco y sus resultados se ven afectados por el estado del mar y los precios de acuerdo al poder comprador del momento.
Estas caletas ya comenzaron el proceso de autonomía comentado, gracias al financiamiento de la Subpesca, basado en la instalación de sistemas fotovoltaicos y de plantas desaladoras (que utiliza el agua de mar para producir agua potable).
San Marcos ya luego inicia la producción, lo cual le permitirá ahorrar energía eléctrica y autoabastecerse de agua para sus procesos productivos.
El impacto económico aún está por evaluarse, pero lo claro es que ahorrarán recursos económicos porque no pagarán por la energía y no tendrán que comprar el agua, lo que indudablemente repercutirá favorablemente en los bolsillos de los sindicatos y de sus integrantes. O al menos, les permitirá generar utilidades por su trabajo.
En gran medida, lo que ganaban los vendedores de combustibles y de agua, muy luego serán beneficios de los pescadores.
Es una gran noticia, especialmente porque estos proyectos, o solo benefician a los pescadores, sino que también permiten que la ingeniería y la tecnología tengan un gran sentido.
Hernán Cortez Baldassano,
Ingeniero Civil U de Chile
Gerente General Enersa
hcortez@enersa.cl
www.enersa.cl








