- Llegó el anhelado día en que podemos decir que ya existen caletas de pescadores que disponen de agua desalada para sus procesos productivos.
- De igual forma, ya son autónomas en energía mediante el uso de sistemas fotovoltaicos y eólicos.
¿Se puede lograr que los poblados y caletas de pescadores puedan ser autónomas en energía y agua en un futuro cercano?
¿Será posible, algún día, ver que los ciudadanos prescindan de los servicios de electricidad y de agua, en su concepción tradicional, es decir, cables eléctricos que bajan desde postes y tendidos de tuberías de agua abastecida desde estanques centralizados?
La respuesta es positiva, con las tecnologías disponibles, si se puede.
Más aún, como demostración de lo señalado, esto lo podemos ver a no más de 100 kms de Iquique.
En efecto, una clara demostración es lo que se esta haciendo en Caleta San Marcos, caleta de esforzados pescadores que han venido desarrollando gradualmente esa localidad en base a su diario trabajo producto de la explotación del mar, la extracción de moluscos y la pesca.
Misma situación es lo que ocurrirá prontamente en las caletas Río Seco, Chanavaya y Chipana.
En específico, en todas estas caletas se han estado instalando sistemas de desalinización de agua para producir agua purificada para consumo productivo y humano. Estas plantas producirán del orden de 10 mt3 diarios de agua.
Lo positivo es que, además, estas plantas operan con sistemas energéticos fotovoltaicos, ya sea conectados a la red, o bien con baterías, dependiendo de si disponen de energía eléctrica o no.
Es una muy buena noticia porque ratifica lo que hemos venido pronosticando y promoviendo desde hace mucho tiempo, el propósito de que al menos, por ahora, los poblados rurales y las caletas pesqueras, puedan ser autónomas energéticamente y en agua, ya que es la única posibilidad que tienen para lograr su desarrollo, ya que las empresas de energía y de agua no llegarán a esas localidades.
Este tipo de proyectos (energéticos autónomos y desalinización de agua), son la gran solución.
Con estos proyectos, verdaderamente se está permitiendo que esos poblados se desarrollen, de forma verdadera, sustentablemente, permanentemente y obteniendo resultados económicos interesantes, porque el mínimo costo de energía y del agua, les permite que esos recursos, en vez de gastarse en electricidad y en la compra de agua a camiones aljibes, queden en poder de los propios beneficiarios.
Lo que viene ahora es que se profundicen estas decisiones, se incrementen los aportes estatales para estos fines, porque como ha quedado claro con las experiencias en estas caletas, ésta tipología de proyectos son altamente rentables socialmente.
Hernán Cortez Baldassano, Ingeniero Civil U. Chile; Gerente General E N E R S A







