Señor Director: Es la misma cuestión. Esta expresión es más vieja que el hilo negro, tanto como es el tema de la prueba de ingreso a las universidades chilenas.
Así es. Soy del tiempo del bachillerato. Concepto que los chiquillos de hoy ni conocen. ¿Saben de qué año es esa prueba de admisión?
Todo empezó con la creación de la Universidad de Chile en 1842 (19 de noviembre), se rendía un examen de evaluación estipulado en su ley orgánica para ingresar, pero fue en 1850 cuando recién comenzó un examen oral que al ser aprobado se recibía el grado de bachiller. Ven, si la cosa no andaba al lote. Uso estas expresiones porque no hay ningún chileno que no las entienda.
La Universidad de Chile es la que creó y elaboró las pruebas de admisión a la universidad desde los orígenes de la educación superior. A mediados del siglo XIX, adoptó el Bachillerato como método de admisión; luego fue la gestora en el siglo XX, de la Prueba de Aptitud Académica (P.A.A.) en 1966; y, a comienzos del siglo XXI, fue fundamental en el surgimiento de la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Y ahora se llamará Prueba de Transición Universitaria (PTU). Es que en «el pedir no hay engaño» y «en nombre de pruebas de ingresos a la universidad», tampoco.
¿Y saben? Al comienzo se pedía hasta saber algo del idioma latín. ¡Se salvaron!
También hubo un período en que se egresaba de la educación secundaria (Humanidades) y se podía ingresar directamente a la universidad. Eso ocurrió en la primera presidencia de Carlos Ibáñez del Campo (1927-1931), lapso en que hubo cuatro rectores en la U. de Chile y se dictaminó que el único requisito para ingresar a la educación superior era (bastaba) el egreso de la enseñanza media. ¡Qué bueno hubiera sido!
Otro dato interesante: El Bachillerato duró más de un siglo hasta que casi junto con la creación de la minifalda (1965, por Mary Quant, Inglaterra) llegó la Prueba de Aptitud Académica, la famosa P.A.A. Claro está que se tomaron como 10 años para su debut en 1966 y se aplicó, por primera vez, el 11 de enero de 1967. Aún recuerdo que mi hermana tuvo que rendirla.
He reseñado todos estos datos para decir que, pese a tanto requisito, cada vez advierto más ignorancia en gente que tiene título universitario, licenciaturas, diplomados, magister, MBA, etc. A algunos de ellos les dicté siete palabras de uso cotidiano y la nota mayoritaria fue un 3. Es decir, mediocre. medium, en Latín.
Rosalía Lourdes Andrade Y.