Señor Director: Los programas de televisión están tan malos y los del cable tan repetidos que afortunadamente está Netflix y estamos siguiendo con amigos y amigas las seriales; disfrutamos de lo lindo, porque nos permite salir de los avatares del día a día.El asunto es que hay ‘un mundo’ de seriales de calidad, para todos los gustos, pero mi favorita sigue siendo «Breaking Bad”, que lamentablemente terminó, pero que se puede ver una y otra vez.
También, como no hay primera sin segunda, apareció “Better Call Saul”, precuela de la serie «Breaking Bad», que cuenta cómo un ‘picapleitos’ de poca monta llamado Jimmy McGill, con problemas para llegar a fin de mes, se convierte en el abogado criminalista «Saul Goodman».
Este personaje que quiere llegar quién sabe adónde, tiene un afán terrible por conseguir el éxito, como se dice popularmente. Pero no puede porque sacó su título por correspondencia, lo que para su hermano es una vergüenza y un enorme desprestigio y no lo dejó ejercer en su estudio de abogados, donde llevan importantes casos, hecho que frustra y deprime a Jimmy McGill, quien sufre día a día esta postergación y hace cosas ilegales que lo perjudican. Además, hay varios personajes de la trama de «Breaking Bad».
A pesar de que «Saul» hace una y mil chambonadas ilegales resulta simpático y da hasta pena porque sufre porque su hermano siempre lo miró en menos. Todos los martes aparece un nuevo capítulo y la trama toma cada día más peso y ‘color’. Seguramente estará en los Globos de Oro nuevamente.
Benito Pérez Ll.
