Señor Director: Hay muchos chilenos, quizás demasiados, que prefieren “hacerla corta” y se van por el camino de las “cuchufletas”.
Creen que jamás serán sorprendidos en faltas a la legalidad vigente.
Pero no.
Más temprano que tarde (me suena esa frase) caen en falta y deben cumplir penas de cárcel. Muchos otros se salvan y ahí andan haciendo “malabares”. Todos los conocen como expertos “cuchufleteros”, con numerosas demandas, pero como si lloviera. Les da lo mismo. Son de aquellos que juran que nadie se da cuenta de una vida doble. Después estos argumentos dan para un guión de cine y ahí uno exclama: “Pero si esto ya lo he visto”.
No saben que la vida se encarga de castigar tarde o temprano y como se dice “el día menos pensado”. Es que Dios castiga, pero no a palos. ¿Ustedes creen que esos que viven sepultando empresas para defraudar pagos legales, duermen tranquilos? Es que no duermen, ya están pagando parte del castigo que llegará sí o sí.
Por estos días, el país entero conoce el caso de inscripciones mal habidas refrendadas ante un notario… ¡fallecido!
“Se han visto muertos cargando adobes”, señala la sentencia popular y se vieron. Lo más cómico es que el señor que cometió la cuchufleta dijo que presentará un recurso de protección contra el presidente del Consejo Directivo del Servel, toda vez –dijo- que “su actuar no se ajusta a los principios democráticos y abusa de su cargo para dañar la imagen de mi persona”. ¡Qué tal!
El señor cuestionado consiguió firmas porque quería postular a la Presidencia de la República, digo república porque aún lo es, algunos quieren que no lo sea más. Incluso hay una persona que quiere que el país sea una monarquía… Así están las cosas. Bizarro panorama.
Lo único que está claro -eso lo sabemos los que somos de la cuarta edad- que aquí en la tierra todo se paga. El cielo queda para los buenos y el infierno para los cuchufleteros.
Rosalía Lourdes Andrade Y.
(Foto referencial)