Desde el retorno a la democracia en Chile año 1994, 24 años el cargo ejecutivo ha sido administrado por tres períodos socialistas, Bachelet, Lagos y dos correspondiente a la democracia cristiana, Frei, Aylwin. Dos décadas y dos años completos, donde fueron establecidos decretos, leyes, artículos y normativas para regir el país. Bajo el Mandato de Frei Ruiz Tagle y con la complicidad de la mayoría de la Concertación se privatizó parte de Codelco.
Más de 300 mil hectáreas de yacimientos menores fueron traspasadas gratuitamente a empresas extranjeras, además privatizó el Puerto de Ventanas y la Termoeléctrica Tocopilla, también, privatizó Colbún, Edelnor, Edelaysen, que representaban cerca del 40% de la generación eléctrica del país. Fue bajo su gobierno cuando se dio inicio a la más grande destrucción del patrimonio público, concretamente a la enajenación del agua. Su gobierno comenzó la privatización de las empresas sanitarias que eran abastecedoras de agua potable.
La empresa de Servicios Sanitarios de Valparaíso (Esval) licitó la venta del 35% de sus derechos, adjudicándoselos el consorcio Enersis-Anglian Water. Posteriormente se enajenó las distribuidoras de la región metropolitana, Emos (Aguas Andinas), la del Biobío (Essbio) y la de los Lagos (Essal).
¿Por qué será que en veinticuatro años la concertación de partidos por la democracia no haya resuelto el tema de la salud que tanto aflige a los chilenos? Tampoco se logró resolver el tema de las pensiones hasta el día de hoy.
¿Será posible entonces que el candidato Gabriel Boric logre en un período de tan solo cuatro años resolver lo que no han logrado en veinticuatro años de presidencia administrativa? Lo que sí es cierto es que Boric augura un desarrollo sostenido y cumplir a la gente en sus demandas, pero, lo hace sin tener la experiencia necesaria para conducir un país. Su discurso es liviano, simpático y estridente, pero como expresa el refrán: “del dicho al hecho, hay mucho trecho”. Sus decires deben dejar contento a quien pueda, y ante esto es capaz de sostener quimeras que nadie ha podido cumplir. Jesucristo dijo según manifiesta el evangelio: “siempre habrá pobres y ricos” siendo más práctico creerle a él en vez de a Boric en cuanto a acabar con la pobreza. ¿Es que acaso Gabriel Boric terminará con la injusticia en Chile por decir lo menos, siendo que es una realidad en el mundo entero desde que el mundo es mundo? ¿Tiene este joven pretendiente dentro de su planificación la rebaja de sueldos a los parlamentarios? Sin duda alguna que Camila Vallejos se molestará con él si consigue rebajarle el sueldo, exhortándolo a dejar las cosas como están, ya que el automatismo del sistema avanza según lo establecido. ¿Tendrá considerado en sus estrategias populares un aumento bien merecido y ganado para los trabajadores de la salud?
Sin embargo, es sabido que en principio manifestó liberar a detenidos que infringieron la ley y eso no es lo más adecuado. Recientemente habiendo pasado a la segunda vuelta bajó los humos de la pretensión y modifica su expectativa anunciando que el beneficio solo sea para aquellos ciudadanos que intervinieron en las movilizaciones sociales, no así a los detenidos por saqueos y destrucción. Esta acción de caridad de su parte emula las apariciones de Farkas tirando billetes al aire, solo que el multimillonario lo hace de sus recursos personales y Boric pretende hacerlo con el derecho de los ciudadanos que exigen algún reparo a los daños cometidos.
Sin duda alguna que Gabriel Boric es un candidato dudoso, emergente de las revueltas sociales y con bastante buena suerte pues ocupó el lugar que dejó Jadue. Y Kast un calificado en temas económicos, habilidoso administrativo con más experiencia, estable, aunque alérgico ante los temas igualitarios.
¿Boric o Kast? Usted decide.
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