Algunas de las afecciones que más padecen las personas de este grupo etario son insomnio, apnea y el síndrome de piernas inquietas.
Los principales trastornos en el adulto mayor son:
Insomnio: se caracteriza por la dificultad para quedarse dormido (que cueste más de 30 minutos), tener un sueño poco reparador o despertar muchas veces durante la noche o antes de lo que se quiere, a pesar de no experimentar interferencias externas para dormir. Esta condición se asocia a consecuencias negativas en el día, como irritabilidad, cansancio, somnolencia, dificultades de concentración o memoria. Con frecuencia, se relaciona con problemas de depresión o ansiedad.
Apneas del sueño: son pausas respiratorias (evidentes o no) asociadas a ronquidos, sueño poco reparador y somnolencia diurna. Habitualmente, se relaciona con tener una vía aérea estrecha (por genética, sobrepeso y la pérdida de elasticidad que se va produciendo en forma natural con la edad) o mecanismos neurológicos incapaces de mantener una vía aérea lo suficientemente abierta o de comandar adecuadamente la ventilación para una respiración normal al dormir. Quienes lo padecen, suelen despertar muchas veces en la noche.
Síndrome de piernas inquietas: malestar poco definible, especialmente en las piernas, que consiste en la necesidad incontrolable de moverlas para aliviar esa molestia. Aumenta al estar en reposo, aparece en la tarde-noche y disminuye mientras se está en movimiento (caminar, ejercicio, etc).
Síndrome de fase adelantada del sueño: alteración del reloj biológico en que el acto de dormir y el de despertar son mucho antes de lo habitual y de lo deseado (quedarse dormido y despertar muy temprano).
El doctor Leonardo Serra, neurólogo de Clínica Alemana, aconseja consultar si se tienen síntomas de alguna de estas condiciones por más de un mes o cuando son lo suficientemente intensos para afectar negativamente la calidad de vida.
El tratamiento que se haga va a depender de la causa: “lo primero es un buen diagnóstico. Luego se pueden considerar medidas como mejorar los hábitos de sueño, tratar la causa subyacente, indicación de medicamentos específicos o el uso de ventiladores especiales para dormir (CPAP)”, concluye el especialista.
(Fuente: Clínica Alemana)