Mi alma esta triste y lamenta lo que no debe lamentar. La rueda de la vida gira por estos días en función del porqué, Chile se resta de firmar el Pacto Migratorio que lleva adelante la ONU en Marruecos. En política, muchas cosas pasan y los chilenos perfectamente lo sabemos de sobra. Simple, nos ponemos detrás del presidente de U.S.A., Donald Trump.
En sí, el problema de la migración golpea como un verdadero tsunami a varios países del mundo. La Organización de las Naciones Unidas trata este fenómeno con profundidad planetaria y en forma muy realista. Una estrategia algo tardía, sin embargo, esto no quiere decir que nada se ha hecho sobre esta importante materia.
Hoy se aborda el tema con toda precisión con el “Pacto Mundial para una migración ordenada, segura, y regular” y que la Asamblea General de la ONU el próximo 17 y 19 del mes en curso ratificará con su votación oficial.
En el campo político, vemos el renacer del nacionalismo extremo y de gobernantes, incluso de países desarrollados, quienes buscan la cohesión a través de proteger los derechos de sus ciudadanos nativos. Supuestamente, una política migratoria solidaria pone en peligro los logros de la calidad de vida de la comunidad nacional, a la vez, una política internacional que resguarda los Derechos Humanos, da pie para desviar recursos fiscales. Entiendo que, en varias políticas públicas del propio país, estos presupuestos son insuficientes; más encima pretenden colocar una sobrecarga de gastos fiscales permanente a este modelo de injusticias económicas, en verdad, es como hacerse un “harakiri”.
Del discurso racista al pragmatismo de los Derechos Humanos. Caminar a medias para atenuar o encubrir el impacto a la comunidad sobre argumentos de “legalidad” es, justificar lo injustificable. A otro perro con ese hueso. Discusiones inoficiosas sobre la polarización del concepto de los Derechos Humanos al respecto de los inmigrantes provenientes de países más pobres, El derecho a migrar no puede ser prohibido por los gobiernos dictatoriales, en el mismo hilo conductor, tomemos en cuenta que, en democracia, no puede ser condicionado por los partidos del gobierno de turno.
El respeto Universal a los Derechos Humanos de permanecer, de manera temporal o permanente, en el territorio de destino, tiene como máximo requisito el cabal cumplimiento de la ley. Salen expulsados quienes quebrantan la ley. Situación que cada cierto tiempo, regularmente se cumple en nuestras fronteras por la policía deInvestigaciones por órdenes de nuestras autoridades y de los Tribunales.
Por otra parte, el incremento de mayores exigencias y de mecanismos de control, también, sirven para aumentarla migración irregular o no permitida. Si bien se busca una simetría y/o un justo equilibrio de discrecionalidad entre las razones de seguridad interna, a la vez, se crean rutas migratorias para salvar las barreras insalvables impuestas en los controles fronterizos, donde, operan redes que se dedican al tráfico de personas. Es decir, nos encontramos con que el “remedio es peor que la enfermedad”.
Ahora, siguiendo el curso del río de la imaginación, ellos mis hermanos inmigrantes son viajeros del sacrificio inmortal, toman en sus manos anónimas el arco iris de la libertad, abren los océanos con lágrimas de esperanzas. El lindo sueño de la hospitalidad chilena, donde no hay reyes, príncipes y reinas; en el presente, ciudadanos sin lujos del jerarca y gemas de la aristocracia, sea Chile, el santuario benigno de los huéspedes constructores del Desarrollo de a mediados del siglo XXI.
Nelson C. Mondaca Ijalba
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