Felizmente, anoche a última hora, se pudo lograr algunos acuerdos interesantes en la COP 26.
Lo más relevante, al fin se logra incorporar y reconocer el impacto de los combustibles fósiles en la problemática climática que estamos viviendo, que puede llegar a destruir a nuestro planeta. De alguna manera, ya lo estamos viendo.
La gran conclusión: el compromiso de una “disminución gradual” del uso del carbón.
En efecto, el texto final del acuerdo apunta explícitamente al carbón como el mayor contribuyente al cambio climático.
Nunca previamente, un acuerdo de las COP anteriores a Glasgow había mencionado al carbón, el petróleo o el gas, o incluso los combustibles fósiles en general, como impulsores de la crisis climática.
Inicialmente el acuerdo señalaba la “eliminación del carbón”, pero fue modificado a una “disminución”. Error garrafal, fuertemente influenciado por las grandes potencias mundiales.
Respecto de este cambio de última hora, varios países expresaron su oposición y molestia.
Entre ellos, la representante del Grupo de Integridad Ambiental (EIG) quien señaló que no necesitamos reducir gradualmente, sino eliminar gradualmente los subsidios al carbón y los combustibles fósiles.
Agregó que esto no nos acercará a los 1,5 grados, pero hará que sea más difícil alcanzarlo.
Además del lenguaje en torno a los combustibles fósiles, un punto clave fue la cantidad de dinero que el mundo desarrollado debería pagar al Sur Global para ayudarlo a adaptarse a la crisis climática.
Al respecto, podemos señalar que la Conferencia logró algo importante en las finanzas climáticas. Con los últimos compromisos se deberían alcanzar los 100.000 millones de dólares en 2023 destinados a los países en vías de desarrollo para enfrentar el cambio climático y todas las adecuaciones que se nos vienen por delante.
El desafío sigue siendo muy importante porque ahora viene el cumplimiento de los acuerdos. Por lo tanto, hay mucho trabajo que realizar de manera incansable.
Creo que Glasgow ha proporcionado una plataforma para la ambición, y al mismo tiempo, creo que si todos los compromisos a largo plazo se implementan, deberíamos mantener el calentamiento global por debajo de los dos grados. Cuestión esencial.
Sin embargo, hubo algo de decepción en las conclusiones debido a que no se terminó de acordar una postura más enfática de los países mayormente contaminantes, como lo son EE.UU., China e India. que habría hecho a las naciones ricas pagar por los impactos de la crisis climática en los países más vulnerables.
Hernán Cortez Baldassano
Ingeniero Civil