- Existen muchísimas localidades en nuestro país que no disponen de energía eléctrica ni agua potable.
- A pesar de esto, sus pobladores tienen un tremendo nivel de creatividad para satisfacer sus necesidades de supervivencia.
- La energía y el agua son esenciales para que estas localidades tengan la posibilidad de desarrollarse productivamente.
- Tenemos la obligación moral y ética de darles energía y agua, y la forma más económica e inmediata, es a través de sistemas autónomos y descentralizados.
En nuestro país existen una serie de poblados y/o localidades que no disponen de energía eléctrica ni tampoco acceso a agua potable, por lo que ven vulnerados sus derechos y factibilidad de desarrollo.
Sin energía y agua, no puede haber desarrollo productivo, y sin desarrollo no hay una mejora económica de los habitantes ni de sus familias.
Sin energía ni agua, los habitantes de las localidades rurales solamente pueden acceder a los beneficios estatales de carácter social, cuando los hay y siempre y cuando lleguen a nivel local.
Los habitantes de estas localidades, normalmente, se encuentran en una situación muy vulnerable económicamente, y aunque muchas veces intentan alcanzar un cierto nivel de desarrollo productivo, normalmente se ven obligados a utilizar sistemas energéticos de alto costo, como es el uso de grupos electrógenos de baja potencia, para generar la energía eléctrica que necesitan.
En el caso del agua, deben comprar este líquido vital a camiones aljibes pagando un alto costo por m3, lo cual inhibe o en el mejor de los casos encarece cualquier actividad productiva.
Como contrapartida a este diagnóstico, es impresionante ver cómo estos habitantes tienen un alto
nivel de creatividad, y con gran esfuerzo intentan ganarse la vida desarrollando actividades productivas, de carácter agrícola, comercial, pesquera o minera. Inclusive, teniendo la barrera energética y falta de agua en su contra.
Frente a esto, la sociedad en su conjunto (gobiernos regionales, empresas, ciudadanos), tenemos la responsabilidad moral y ética de darle a este sector de la población una solución a la falta de acceso a estas fundamentales necesidades.
Por la urgente e imperiosa necesidad de resolver la problemática, debemos actuar y planificar acciones para realizar instalaciones masivas de sistemas que permitan producir la electricidad y el agua para mover motores, bombas, herramientas, sistemas de transportes, de filtrado, etc.
La tecnología necesaria ya existe hace mucho rato en el mundo y nuestro país.
La historia nos ha indicado que el desarrollo económico de los pueblos y de las personas, ha estado altamente ligado al desarrollo de la energía y a la disposición abundante de agua (claro ejemplo de lo indicado han sido las revoluciones industriales), por lo tanto, no hay duda alguna que debemos proceder con suma urgencia en la provisión de electricidad y agua a estos poblados.
No es ético ni moral hacerlos esperar.
*Hernán Cortez Baldassano
Ingeniero Civil U.de Chile









