Voy a seguir con el tema de la Migración. Soy parte interesada y me toca muy de cerca. Especialmente, porque todavía, tengo la facultad de pensar y opinar sobre cualquier tema. Esa es mi bendición. También, porque todos/as los chilenos tenemos este legítimo derecho republicano.
La Migración ha cambiado el mundo. Chile no es la excepción. En esta grave problemática social, para un análisis objetivo científico, deberíamos tener presente necesariamente las estadísticas. Lean ustedes: en el 2010, en el mundo existían 214 millones de migrantes. En las Américas contábamos con más de 57 millones de migrantes internacionales. Es decir, una de cada 16 personas en las Américas es un Migrante.
En resumen, de los 214 millones migrantes que había a nivel mundial, la cuarta parte vive en nuestro continente americano. El principal país de destino, Estados Unidos con cerca de 43 millones de migrantes. El país de origen de esta migración voluntaria la encabeza México. La presente migración forzada en estos últimos años, Venezuela, teniendo como país destino Chile.
La ola de migrantes acá, en Iquique, fue muy fuerte. Tuvimos que soportar la pérdida de espacios públicos. Paralelamente aumento la delincuencia, el robo violento, más tráfico de drogas, bandas criminales y comercio informal. Nuevos campamentos, etc. .
La reacción tardía del Estado. Recién el año pasado el, ex Subsecretario del Ministerio del Interior, Manuel Monsalve, -hoy con prisión domiciliaria- entregó en Colchane las medidas para el fortalecimiento del control fronterizo.En pocas palabras “se asumió la responsabilidad de poner atajo a la invasión indiscriminada de migrantes por la frontera de Colchane”. Era hora que se tomara en serio los daños de la Migración.
Al clamor popular y de la gente, era indispensable en esta tarea de Estado la participación de las FF.AA. Entonces, así tenemos a nuestros uniformados cumpliendo con el resguardo fronterizo en Colchane.
Esta participación de las FF.AA., levantó serios debates entre los parlamentarios. Toda vez, la política de Estado Fronteras Abiertas, significaba manos más blandas con los ilegales y pro Derechos Humanos. En tanto, quienes sostenían Fronteras Cerradas, mano dura contra los ilegales y respeto a los DD.HH.
Al final, fue quitarles y limitar atribuciones a la Justicia Militar. Yo creo que pesó la lógica del sesgo dictatorial. Además, la alianza de la Nueva Mayoría impuso sus términos del proyecto que dio origen a la ley 20.507, tipificando el delito de tráfico de Migrantes. A su vez, modificó el Artículo Nº 411 bis del Código Penal.
En concreto, cuando hay un civil involucrado, entonces, la Justicia Militar, se declara incompetente. Hasta donde sé, ésta se limita a casos solamente de uniformados. ¿Estoy equivocado?
De este modo un uniformado, por inocente que sea, puede ser sometido a los estándares y conceptos de los procedimientos Penal Civil. En este sentido, se fueron creando protocolos, pautas inductivas, guías investigativas y resoluciones de los Ministerios y Subsecretarías: Justicia y Ministerio del Interior, articulando las prácticas de los Servicios Públicos y Fiscalía en la batalla contra la Inmigración que estaba en primera plana de los medios de comunicación .
En mi humilde juicio, el grave error fue “tergiversar el ingreso ilegal voluntario y forzoso de cualquier migrante” y tipificarlo como “tráfico de migrantes”. Nota: Inclusive, la misma definición realizada por el Parlamento, no se ajusta al diccionario español de la Real Academia.
Voy al caso real. Una persona venezolana, por cuestiones personales, familiares o políticas, determina salir ilegal de su país. Evade todos los controles policiales y atraviesa la frontera.
Primero lo hace, eludiendo los controles policiales de Bolivia. Después, se dirige a los altos de la Cordillera, hasta llegar a nuestro límite fronterizo, llegando por sus propios medios a un Puesto/Garita Militar. Aquí el Militar o militares en esta guardia, que no tienen la facultad de detener a nadie, la orientan para que no se pierda. Llega hasta el Retén de Carabineros y Control Militar, sana y salva. La registran con sus datos personales y le dan asistencia humana necesaria. Quedando registrada como “Irregular”. Llega a Iquique goza de plena libertad, hace su vida.
La tragedia
Sí, la tragedia es para uno de los militares del Puesto Fronterizo. Está privado de libertad. Fue acusado de “Tráfico de Migrantes” y de “violación a los DD. HH”. Imputado por el supuesto delito del Artículo 411 bis del Código Penal.
Los burócratas del Estado, inteligentes asesores dotados de IA, esos que no se ven pero que están, crearon una terminología y estadística, como método de poner bajo control la ola migratoria. No es la de Trump, pero puede ser la de Hitler. Se llama “TIM”. Tráfico Ilícito Migrantes. Es decir, un reality de control migratorio y la homologaron con el delito de trata de personas, implícito en el Artículo Nº 411 bis del Código Penal.
Ellos, concluyeron tres figuras penales. Estas son: 1) Tipo básico: Promover o facilitar la entrada ilegal de extranjeros no residentes en el país con ánimo de lucro. 2)Tipo agravado: La misma conducta poniendo en peligro la integridad física, salud o vida del sujeto traficado. 3) Tipo especial de funcionario público: Promover o facilitar la entrada ilegal de extranjeros no residentes al país. No exige ánimo de lucro. (Nadie se salva)
¿La Justicia dará un paso adelante?
Sobre estos lineamientos administrativos del poder y aparataje estatal, puede llevar adelante una política de verdadera persecución a cualquier persona y condenarla a las penas estipuladas en el Código Penal. Aquí, los abogados Defensores no pueden dar un paso en falso. La Justicia tiene que hacer su trabajo.
Párrafo aparte. De este modo, los defensores públicos y/o abogados particulares, llevan todas las de perder bajo tales paradigmas. Son muy pocas las esperanzas de salir airoso para los Defensores de los uniformados. Queda la última instancia. La Corte Suprema. Otra mirada muy distinta a la de nuestra ciudad. Donde de verdad, se espera que se haga Justicia a las personas que sirven a la Patria en la Frontera. ¿Acierto en este diagnóstico?
Nelson C. Mondaca Ijalba
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