A raíz de la charla de la historiadora Magdalena Pereira en la Escuela “República de Francia”, en donde entregó antecedentes respecto al barroco americano, y entre ellos , del trabajo de escultores provenientes de España, en especial quienes se dedicaron a esculpir imágenes que fueron distribuidas en templos de la capital virreinal de Lima, y en aquellos que hoy forman parte del actual territorio chileno, llamó poderosamente la atención la mención respecto a la imagen del Cristo Crucificado de la Catedral San Marcos, obra de un artista sevillano de fines del siglo XVI y principios del siglo XVII, quién llevó a cabo otras que están en la misma catedral de la capital del vecino país.
Tras esta información, indagamos respecto a este escultor, que en vida se llamó Martín Alonso de Mesa, sevillano, y que el 1604 habría esculpido esta imagen, mandándola a Arica.
CRISTO CRUCIFICADO
Al respecto, el investigador Jesús Porres, de la Universidad Rey Juan Carlos, Madrid, España, en su artículo “Escultores y esculturas en el virreinato del Perú a comienzos del Barroco”, año 2018, señala que “para territorios algo lejanos de la metrópoli limeña, como Arica, Martín Alonso de Mesa envía un crucificado articulado (…), para la Cofradía de la Soledad. Como explica Ramos Sosa, el encargo del año 1603 por parte de Juan Bautista Picón, incluía la realización de una cruz de cedro, tres clavos y una corona; asimismo, la escultura sería en cedro de tamaño natural y “hueca hecho de manera que juegue la cabeza y los brazos de suerte que pueda servir para el descendimiento de la cruz”. Debía realizarlo en un plazo de tres meses y enviarlo en un cajón apropiado, por lo que cobraría unos 300 pesos de a nueve reales”.
“En la actual catedral de San Marcos de Arica, pude identificar una obra que seguramente es de ascendencia sevillana. Se trata de un crucificado de dimensiones naturales que actualmente está colgado mediante dos cadenas en el presbiterio de la iglesia, pero que originariamente hubo de presidir un retablo”, agrega Porres.
ESCULTURA ARTICULADA
“Es interesante observar cómo en la zona de los hombros tiene unos goznes o sistema articulado, cubierto de una tela que posiblemente servía para las procesiones o cultos de Semana Santa, pudiendo adaptar la iconografía de yacente con los brazos perpendiculares al cuerpo o crucificado según conviniera”, destaca el investigador, lo que corroboramos en una inspección ocular, debido a que en su actual posición, a su espalda, hay un fijador metálico que permitiría su actual posición.
“Esta imagen del crucificado se podría corresponder con la encargada a Martín Alonso de Mesa. La obra, que conserva una policromía antigua pero sucia por barnices oscurecidos y repintes que cubren la zona de la barba y el paño de pureza, se asemeja a obras sevillanas del primer cuarto del siglo XVII que están en la órbita de Montañés. Quizás algo en las facciones recuerda al Cristo sevillano del Desamparo y Abandono, aunque sin el tratamiento anatómico excepcional que este presenta, con una concepción más alongada y un sudario con la tela que se retuerce en pequeños pliegues, mientras que en el de Arica hay una concepción más sencilla, es de una pieza, y no deja ver parte del muslo, como presentan obras algo posteriores. También recuerda algo al Cristo de Diego López Bueno19 para la iglesia de San Juan Bautista de la localidad de San Juan del Puerto de Huelva”, concluye Porres.
Respecto a la imagen, que se ha mantenido casi intacta pese a los embates de la naturaleza que han afectado a anteriores recintos religiosos en que ha estado la imagen de tamaño natural, según el párroco Mauricio Cáceres, se hace necesario tener una información más acabada tanto para quienes son fieles de la Catedral, como para visitantes nacionales y extranjeros, ya que no es menor tener a resguardo una imagen que milagrosamente se conserva desde hace más de 400 años.
VIRGEN DE LA CONCEPCIÓN
Pero hay más, ya que en esa época, desde el mismo Virreinato de Lima, se envió otra imagen, correspondiente a la Virgen de la Concepción, que, según Porres, estaba ubicada en las dependencias interiores de la misma iglesia catedral “se conserva una imagen (…), tallada en madera y de bulto redondo, cuya calidad original es difícil de apreciar debido al repinte que presenta. Aunque ahora se presenta bajo la advocación de dolorosa, para lo cual se ha re policromado de manera burda toda su talla con los colores propios de esta iconografía, la imagen, sin duda, es formalmente una inmaculada. La obra se encuentra en la órbita de esos escultores sevillanos pos manieristas que siguen las formulas iconográficas de Vázquez o de Jerónimo Hernández, pero que ya conocen las formas de trabajar impuestas por el maestro alcalaíno. Sabemos que hacia 1604, el propio Martín Alonso de Mesa realizó otra imagen de la Inmaculada para la cofradía de la misma advocación en la catedral de Lima y que en 1615 hizo otra Inmaculada para el retablo mayor de la iglesia del Noviciado de la Compañía de la misma ciudad. La imagen de Arica presenta alguna de las características propias de Mesa, como es la cabeza algo cuadrangular, aunque se reduce ligeramente hacia abajo en forma de trapecio invertido, y el cuello alongado; por su estado, es difícil aseverar una posible autoría”.
A BUEN RECAUDO
Respecto a esta última imagen, no fue posible encontrarla en la Catedral San Marcos, pero sí, a muy buen recaudo, a un costado de la nave principal de la Iglesia Santa Ana, formando parte de la imaginería de dicho templo.
Si bien es cierto se ha podido precisar y establecer la ubicación de ambas esculturas, el tema no está cerrado, y en el mediano plazo debiera haber más novedades, pero lo concreto es que el barroco americano, en su máxima expresión, al menos en la imaginería, está presente en nuestra ciudad, aún después de 400 años, y así lo ha hecho saber la Fundación Altiplano, que año a año establece ese puente con el pasado mediante el “Festival de Arte Sur Andino”, palpable en las más diversas manifestaciones y expresiones artísticas que han sido puestas en valor por la misma entidad en la denominada “Ruta de las Misiones”.