Señor Director: Hace poco leí que una persona que iba a bordo de un avión dijo en broma que llevaba una bomba. Su broma, claro está, es una burrada, con el perdón de los hermanos asnos. Sin embargo, no es un consuelo, pero ya hay varios casos en el mundo donde se ha hecho esta broma.
El chistoso que hizo la broma aprendió que ese tipo de chistes no se puede hacer en los tiempos que corren. Como viejo uno se pregunta en qué mundo vive ese tipo de persona. ¿Cómo se le ocurre hacer una broma así? Seguramente, si se le hace un examen algo arrojará. ¿Hasta dónde llega la estupidez?
Si propongo una ley que meta a la cárcel a este tipo de personas por un año, sin contemplaciones, sé que, de inmediato, aparecerán los defensores, sugiriendo que se trata de un enfermo, que se le atienda gratis en hospitales públicos (que pagamos todos) y pobrecito no sabía lo que hacía.
Basta de chacota. Hay muchos espacios para divertirse, sin poner en riesgos al resto. En otros tiempos, hasta del papá le hubiera pegado una patada en el traste. Y, de seguro, jamás la olvidaría. Todo lo contrario, le agradecería eternamente a su padre por ponerlo en su lugar.
Bernardo Olguín Y.
