Señor Director: A nadie le gustan los cambios, especialmente cuando estos generan inestabilidad económica y, lo que es peor, cuando causan desorden, desorganización, la pérdida de la libertad y provocan violencia.
Pero sí son buenos los cambios en la política de verdad. Queda manifiesta la decisión que tiene la ciudadanía con el voto, opción única y real para terminar con los políticos que toman el camino de satisfacer el interés personal en vez del bien común.
Aquí, en la Región de Tarapacá, la elección del 21 de noviembre sí provocó cambios en el panorama político. Y, el más contundente, se registró en el Consejo Regional, donde los electores mandaron para la casa a 11 (de 14) de sus integrantes. Otros que se repostulaban consiguieron escuálidos sufragios y, por supuesto, deberán demostrar su vocación de servicio, su interés personal o partidario, en otra cosa. En expresiones comunes y corrientes, se puede decir que les dijeron: » ¡Chao, no más! ¡Dedícate a otra cosa, donde hagas menos daño! ¡Fuiste bueno! Yo que soy cristiana, les digo simplemente: ¡Adiós!
Otros alcanzaron a llegar a duras penas, con escasísimos votos que no pueden hablar y arrogarse «la representatividad del pueblo». ¡No! Apenas llegaron. Y seguramente evitarán, por todos los medios, que nadie les recuerde la escasa cantidad de votos que obtuvieron. Pero la comunidad sabe que puede entrar a la página del Servel y ahí están los resultados. Clarísimo, como los ríos de antaño.
Ahora también quedó claro que algunos, pocos, quedaron fuera por el actual sistema imperante, conocido como Método D’Hondt.
En lenguaje común: ¡Ganaste!, pero perdiste. Por supuesto, es legal, votado y decidido en el gobierno de la Presidenta Bachelet, mediante la Ley Ley 20.840, promulgada el 27 de abril de 2015 y publicada en el Diario Oficial el 5 de mayo de 2015.
De triste recuerdo para el ex senador Fulvio Rossi, quien ganó, pero perdió con una inmensa cantidad de votos, un 24,61% de los sufragios en aquella oportunidad, pero no pudo llegar al Congreso Nacional y decidió apartarse de la política para seguir ejerciendo su profesión de médico, aun cuando muchos aseguran que se prepara para la Alcaldía de Iquique.
Otro gran afectado por el sistema D’Hondt fue el diputado Ramón Galleguillos, ex concejal y ex alcalde de la comuna de Alto Hospicio, quien ganó, pero perdió. Obtuvo 9 mil 992 votos, mayoría en Tarapacá. Y ya anunció que irá por el sillón de la Alcaldía de Iquique.
Otro que ganó, pero perdió fue Leonardo Solari Alcota, conocido empresario de la ZOFRI, quien por primera vez incursionaba en la política. Obtuvo 9 mil 898 votos, es decir , 94 votos menos que Galleguillos. Capaz que al recordado ejecutivo de General Supply y de Deportes Iquique también le den ganas de postularse a la Alcaldía de Iquique. En el pedir no hay engaño, como decimos las viejas, el tiempo lo dirá.
Para terminar. Vale la pena decir, en palabras simples, a manera de enseñanza (todos los días se aprende algo nos decían nuestros profesores normalistas) que el Sistema D’Hondt es un método de promedio mayor para asignar escaños en los sistemas de representación proporcional por listas electorales. Los métodos de promedio mayor se caracterizan por dividir mediante sucesivos divisores los totales de los votos obtenidos por los distintos partidos, dando secuencias de cocientes decrecientes para cada partido y asignando los escaños a los promedios más altos. Fue creado por el jurista belga Víctor D’Hondt en 1878.
Seguramente, muchos soñaron con este señor tras conocer los resultados el domingo pasado y muchos otros le prendieron una velita.
Rosalía Lourdes Andrade Y.
(En la foto, Víctor D’Hondt, creador belga del método de elección que lleva su nombre)