Señor Director: ¿Qué hace que seres humanos vayan dispuestos a derribar, quemar, pintarrajear una y otra vez el monumento del general Manuel Baquedano González?
Aquí, en Iquique, cuando he ido al centro lo primero que pienso es en lo singular que era. A mí siempre me gustó su estilo. Ahora, veo en lo horrible que está convertido donde numerosos inmuebles están tapiados, haciendo que se haya perdido su identidad o característica que lo hacía diferente. Todo esto es a consecuencia del vandalismo que impera desde el 18 de octubre de 2019 en nuestro país.
También me pregunto si los autores de la acción vandálica sentirán un gozo especial, un orgullo, cuando pasan por la avenida Héroes de La Concepción y ven el local de McDonald’s, que lo quemaron y destruyeron hasta que agotaron al dueño de la franquicia. ¿Se sentirán felices? ¿Le contarán a sus hijos su gozo y logro especial contando que destruyeron un local que dejó sin empleo a otros seres humanos? Y así sucedió a lo largo del país con miles de negocios particulares y bienes públicos destruidos o tapiados. ¿Sentirán que es un nuevo estilo y también se sentirán sus creadores?
La psicología de las masas señala entre otras características negativas que hay que resaltar es que los grupos colectivos al unirse a la masa, presentan un bajo rendimiento intelectual, al no ejercitar su mente por sí mismos. Se ven mermados por el aumento de afectividad y se hipnotizan por la capacidad inferior que presentan el resto de miembros.
Le Bon apostilla que los individuos una vez pasan al grupo colectivo estos pasarán a ser dominados por un jefe. Ya que a los individuos las ideas del líder les fascinan, están hipnotizados por estos. También se debe tener en cuenta que el hecho de que una mayoría coincida en un determinado punto de vista no significa que sea necesariamente la opinión correcta. La falta de información, el peso de los intereses de cada grupo o la ausencia de suficiente reflexión pueden hacer predominar ideas equivocadas.
Recordemos algo de la Psicología de las Masas. La idea central es ésta: cuando se encuentra formando parte de las masas, el hombre individual se convierte en otra persona, en una «célula» cuyo comportamiento deja de ser autónomo, y que se subordina más o menos plenamente al grupo (permanente o pasajero) en el cual él es un simple componente.
Camino a 80 años de vida, no es que no haya leído o escuchado este comportamiento. Es que ahora lo ví, como decía Pedro Carcuro, “en vivo y en directo”. Y, de verdad, siento pena y dolor por este tipo de personas cuyas acciones, lamentablemente, no llevan a ningún edén.
Rosalía Lourdes Andrade Y.








