Señor Director: Cuando se suman tantos años vividos es posible reírse de casi todo. Algo de humanidad queda si la vida, a pesar de todo, te ha tratado bien. Y es cierto que reírse hace bien.
Es mejor que llorar. De todas maneras.
Ahora cuando está de moda la “funa” nadie quiere decir lo que realmente piensa. Entonces, se lesiona la democracia y la libertad. Y eso no es para reír.
Hoy, nadie quiere decir ni pío ni menos lo que piensa. Y viene no el encierro por la pandemia, sino a encerrarse cual caracol. ¡Y pobre si sacas los cachitos al sol! Tamaña estupidez.
Y esto lo han promovido los que predican de los derechos, pero jamás hablan de respetar al que piensa distinto, lo que es un deber. Jajajaja, que risa que me da, cantaban Los Caporales.
Lo correcto es decir, manifestar, expresar abiertamente, sin miedo, con respeto, lo que uno cree y puede ser mejor para todos.
Pero no.
Si este tal por cual piensa distinto a mí y mis amigos, entonces, siempre será mejor funarlo. En ese estado de situaciones estamos viviendo y respirando, aunque con mascarilla. Sí, pues. Hay que respetar las disposiciones sanitarias, no ven que el bicho es agresivo como los que han pintarrajeado hasta el cansancio al general Baquedano y a su pobre caballo. Aun siendo amantes de los animales, tampoco les importa y ahí están todos los santos viernes. De acuerdo a lo visto y obrado, como dicen los jurisconsultos, el monumento ha recibido tanta pintura que podría haber servido para amononar una población entera, incluidas las casitas de los perritos, ya que como sabemos es el mejor amigo del hombre. Excepto para los que “patean la perra”.
Ahora, para terminar me quiero referir a los cambios del pobre idioma nuestro de todos los días.
Para mí, y no me vengan a funar ni a pegar, porque ya no vale la pena, soy muy vieja y no le hago daño a nadie porque soy sola y aún a mi edad, estoy respirando. Me quiero referir al todes que anda en boga, así como algún día estuvo la minifalda.
Para mí (y la RAE), rige y regirá per secula el TODO y lo que significa esta bella palabra, donde entran: Los hombres (que bellos son), las mujeres (que dulces somos), los niños (que amorosos y catetes que son), los jóvenes (que soñadores son) y nosotros los viejos (que dimos TODO).
Espero irme de esta vida, sonriendo. Tanta lágrima puede superar al mar y eso sí que sería terrible.
Rosalía Lourdes Andrade Y.