Más de 1.700 estudiantes del Colegio Inglés de Iquique, junto a docentes y exalumnos, participaron este miércoles 2 de julio en un desfile institucional cargado de simbolismo, realizado en el marco de las actividades conmemorativas por los 140 años del establecimiento actividad que reunió a autoridades locales, directivos, junto a la comunidad educativa de padres, apoderados y vecinos del sector.
Los alumnos desde educación parvularia hasta cuarto medio desfilaron en formación por las calles aledañas al colegio acompañados de sus profesores, junto con un grupo de exalumnos que también se sumó a la jornada, marchando por el frontis de la que fue su casa de estudios, reforzando así el vínculo entre generaciones.
Historia y legado educativo
Este viernes 4 de julio el Colegio Inglés celebra su 140º aniversario con una intensa semana de actividades que buscan honrar su historia, fortalecer el sentido de comunidad y proyectar su legado educativo hacia el futuro. Fundado en 1885 por misioneros metodistas estadounidenses, este establecimiento educacional ha sido un referente formativo en el norte de Chile, combinando excelencia académica, formación valórica y un sello bilingüe.
“Queremos que esta conmemoración sea compartida por todos quienes han sido parte de esta historia: exalumnos, apoderados, funcionarios y vecinos de Iquique. El Colegio Inglés es más que un colegio, es un símbolo de identidad para nuestra ciudad”, afirma su director, José Inzunza, quien extiende la invitación a toda la comunidad a participar en las actividades conmemorativas.
La programación incluye actos cívicos, liturgias, su tradicional desfile institucional y una emotiva serenata que recupera las tradiciones más queridas por los exalumnos, actividades que están abiertas al público y buscan reconectar generaciones bajo un mismo espíritu.
Con estas celebraciones, el establecimiento reafirma su compromiso con una educación integral y proyecta su legado hacia las futuras generaciones. Esta semana, sus puertas están abiertas a toda la comunidad para celebrar, recordar y construir juntos los próximos capítulos de esta historia centenaria.
140 años en primera persona: voces que dan vida al Colegio Inglés
Un colegio puede sumar años, cambiar planes de estudios y modernizar su infraestructura, pero lo que realmente trasciende es lo invisible: el lazo emocional que une a quienes pasaron por sus aulas. En su aniversario 140, el Colegio Inglés de Iquique no solo celebra su historia institucional, sino también la memoria viva de generaciones que aún lo sienten como parte esencial de su identidad.
Oscar Zambra, Administrador de Sistemas
Testigo del paso del tiempo y del valor de la tradición, ingresó al colegio en 1975 como alumno y jamás se desvinculó. Ahora como funcionario recuerda que en su época de estudio “el inglés era parte de cada día”, idioma que aprendió y que puso en práctica cuando fue invitado a Estados Unidos, donde dejó sorprendidos a sus anfitriones por el excelente nivel de pronunciación y comprensión del idioma. Sin embargo, afirma que lo más importante que le entregó el colegio fue el sentido de identidad que adquirió. “Esta es mi segunda casa” dice con emoción. Hoy, con 35 años de servicio, su mayor deseo es que “las nuevas generaciones no olviden que esta fue su casa de estudio y que lleven siempre la insignia en el pecho con orgullo”
Camila Muñoz, Coordinadora del Departamento de Inglés
Una vivencia similar comparte Camila Muñoz, exalumna y hoy además profesora, quien enfatiza su profundo vínculo con la institución donde no solo estudió, sino donde además ha ejercido su vocación por más de 15 años.
«Volver después de cinco años y saber que el colegio me recibió con los brazos abiertos fue lo mejor que me pudo haber pasado”, afirma. Y es que ahora como docente pone en práctica todo lo aprendido en las aulas. “Es súper importante poder entregar lo que yo recibí cuando estuve estudiando acá. No solo la enseñanza del idioma, sino también los valores, el respeto, la formación espiritual y el vínculo”.
Desde su experiencia como estudiante y ahora como educadora, destaca el foco del colegio en el desarrollo del inglés conversacional y la confianza como base del aprendizaje: «Ellos necesitan ese vínculo para poder soltarse y hablar inglés. Nuestro punto fuerte como colegio es precisamente eso».
Cristián Villarroel, profesor de música
Como exalumno y actual profesor, subraya el valor histórico y educativo del colegio en el norte del país: “en los años 70 y 80 fue un centro educacional importantísimo, teníamos profesores nativos, clases en inglés y alumnos de toda la zona norte”, rememora. Hoy con gratitud recuerda cómo su formación musical comenzó en las mismas aulas donde hoy enseña: “Mi relación con la música nace acá, en este colegio y volver fue como regresar a mi casa”.
María Isabel Vergara, profesora de artes visuales:
Cruzó las puertas del colegio comotécnico en párvulos, así lo muestran las fotografías que narran su historia, cuando el colegio tenía “las rejas color salmón”, dice y los niveles de párvulo estaban en calle Manuel Rodríguez. Hoy como docente de artes visuales asegura que su trayectoria en el establecimiento “ha sido hermosa”. Con el tiempo e incentivada por la directora de ese tiempo, comenzó a estudiar pedagogía en horario nocturno mientras trabajaba durante el día en el colegio.
Desde entonces ha enseñado en diferentes niveles y hoy es profesora de artes visuales. Para ella hablar del colegio Inglés la llena de emoción, a pesar de que no estudió allí “esto es todo. Aquí llegué soltera, aquí me casé, nacieron mis hijos, estudiaron acá. Llevo más de la mitad de mi vida en este colegio”, relata.
José Varas ex alumno, generación del Centenario
José Varas egresó en 1985 y es parte de la clase centenario. Hoy como profesional de inversiones del Gobierno Regional de Tarapacá recuerda con cariño su paso por el colegio, donde también estudiaron su madre, sus hijos y su esposa que trabaja allí como docente.
Y es que la relación con esta casa de estudios aún se mantiene, pues a pesar de haber egresado hace varios años, hasta la fecha continúa reuniéndose con sus excompañeros para participar de diferentes actividades del colegio “porque el vínculo se mantiene”, comenta.
Elena Loayza, exalumna generación 1964 y exdocente.
Desde Camiña, Elena llegó a tercero primaria a estudiar y a vivir en el Colegio Inglés, en los tiempos en que además era internado, cuenta. “El colegio fue mi segunda casa, porque mi padre siempre tuvo la mejor decisión de mandarnos junto a mis hermanos a un buen colegio”. Esta decisión, explica la realizó con un gran esfuerzo junto a sus tíos, pues la familia se dedicaba a la agricultura en esa zona.
Ingresó al Iquique English College, como se llamaba antes, sin imaginar que forjaría una estrecha relación. Su vínculo con el colegio creció al punto de convertirse en profesora, casi por azar, cuando Robert Johnson – misionero y profesor de inglés y religión – fue a buscarla para hacer clases de inglés, a pesar de que ella no era pedagoga.
“Le dije: míster Johnson, yo no soy pedagoga. Y me respondió: usted es capaz, porque fue muy buena alumna en inglés. Dije: entonces aplicaré la misma fórmula que me enseñó la señora Gladys Miche”.
Fue así como comenzó a enseñar en el año 1972, compatibilizando su trabajo de secretaria en una universidad con horas de clases en el colegio, el que recuerda “como su casa, su segunda casa”, asevera.
Una huella en la historia de Tarapacá
Con una mirada más allá de las aulas, con 28 años impartiendo clases de historia en el colegio, el profesor Ronald Cortez es consciente del valor histórico de la institución y destaca cómo el colegio ha sido parte activa del desarrollo de Tarapacá desde sus orígenes. “El Colegio Inglés no es un establecimiento cualquiera. Tiene una mística, una identidad que lo conecta con el alma de Iquique. Incluso quienes no estudiaron aquí lo reconocen como parte de su historia”, dice Cortez, quien recuerda que por muchos años era conocido por los iquiqueños coloquialmente como “el english”.
Porque “está intrínsecamente ligado a los grandes hitos de la región. No se puede hablar del desarrollo educacional de Tarapacá sin considerar su presencia”, se explaya el docente, resaltando que la historia del colegio no es solo una cronología institucional, sino parte del tejido social y cultural del norte grande.
El establecimiento, que fue fundado por misioneros de la iglesia metodista de los Estados Unidos a fines del siglo XIX, recibió a muchos profesores y misioneros que llegaron en esa época. El colegio acogió esa influencia y ayudó a formar una identidad local con proyección internacional, con raíces culturales que aún permanecen en su identidad, manifiesta el docente.
Con una metodología bilingüe y pionero en métodos educacionales, con el pasar de los años el colegio se transformó en semillero de profesionales y deportistas, entregando una educación técnico-profesional que trascendió las fronteras de Iquique y llegó a impactar a alumnos de distintas ciudades del norte del país, quienes viajaban para estudiar en este establecimiento.
“Durante gran parte del siglo XX, el colegio fue un referente en la instrucción técnico-profesional, recibiendo estudiantes desde Calama hasta La Serena”, expone Cortez, destacando el impacto que tuvo en la formación de generaciones que hoy lideran en distintos ámbitos. Enseñanza que, unida a una sólida base valórica y académica, convirtió al colegio en un espacio de oportunidades para cientos de jóvenes del norte chileno.
Hoy, enfrentado a un mundo que se transforma diariamente, el colegio ha sabido reinventarse enfrentando distintos desafíos educacionales. Sin embargo, para Cortez, el verdadero sello del colegio permanece intacto.
“El Colegio Inglés no solo ha entregado conocimientos. Ha formado identidad, pertenencia y sentido histórico en sus estudiantes. Eso es un valor que pocas instituciones pueden sostener durante tanto tiempo” y enfatiza que más allá de sus aulas y paredes, el colegio sigue siendo un actor fundamental en la historia viva de Tarapacá.
Así, los 140 años del Colegio Inglés no son solo una cifra , son vivencias narradas en primera persona por quienes aún llevan consigo un lugar, una época y un nombre que sigue resonando con fuerza en sus vidas y que hoy, en compañía de las nuevas generaciones celebran juntos este nuevo aniversario.