- Un seguimiento adecuado desde las primeras semanas de gestación permite prevenir complicaciones y favorecer un parto seguro.
Cumplir con los controles prenatales es fundamental para garantizar un embarazo saludable y reducir posibles complicaciones tanto en la madre como el hijo. Estas evaluaciones permiten detectar y tratar oportunamente factores de riesgo o enfermedades, asegurando un adecuado desarrollo del bebé.
La Dra. Cecilia Goity, gineco-obstetra de Clínica Universidad de los Andes, explica que “parte esencial de un embarazo saludable es monitorear todos los aspectos del desarrollo del bebé y de la madre”. Para ello, el primer control prenatal debe realizarse idealmente entre las 7 y 12 semanas posteriores a la última menstruación, o bien tras obtener un resultado positivo en un test de embarazo.
Aunque cada embarazo es distinto, existe una frecuencia recomendada de controles que toda mujer debería seguir:
- Primer trimestre: un control mensual
- Segundo trimestre: un control mensual
- Tercer trimestre: controles cada dos o tres semanas
- Etapa final: controles semanales
Además de dar seguimiento al crecimiento y desarrollo del bebé, estos controles permiten:
- Controlar la presión arterial y el peso de la madre, para detectar precozmente posibles complicaciones.
- Solicitar a tiempo exámenes de sangre que ayuden a pesquisar enfermedades como la anemia o la diabetes.
- Indicar y administrar vacunas recomendadas, como contra la tos convulsiva y la influenza.
- Orientar sobre alimentación saludable, cuidados durante el embarazo, parto seguro y lactancia exitosa.
- Informar sobre los beneficios que entrega el embarazo, como el GES dental.
Finalmente, la especialista destaca la importancia de aprovechar cada control para resolver dudas con el equipo médico. “Estos controles nos permiten acompañar el desarrollo del bebé y cuidar la salud de la madre, orientando a las mamás para que vivan un embarazo más seguro y tranquilo, y se preparen para el nacimiento”, agrega la Dra. Goity.