Señor Director: “El sentido común es el menos común de los sentidos”. Es un dicho que toma mucha fuerza en esta pandemia, donde nos encontramos con una fauna diversa y, por tristeza de muchos de nosotros, inconsciente del daño que le hacen a otros.
El acceso a medicamentos ha sido la lucha de muchos químicos farmacéuticos y salubristas durante años, buscando fórmulas desde los precios a mejorar el sistema de salud a una real seguridad social. Sin embargo, aunque tuviéramos acceso a todos los medicamentos del planeta, no es posible acceder a los valores que nos inculcan en nuestras casas, la escuela o la universidad a través de una píldora. Estos son los “remedios” que requerimos hoy con mayor urgencia.
La preocupación por el otro y la ética las requerimos en una infusión directa a nuestras venas, más aún en aquellos que viajan en helicóptero para evitar cordones sanitarios, o aquellos que están dispuestos a sacrificar vidas ajenas para mantener la economía. Necesitamos entender que nunca las herramientas, como la economía, superan a la vida humana, que por si es valiosa.
La salud deberías ser la piedra angular de nuestra visión como sociedad. La salud entendida no solo como la falta de enfermedad, sino que la posibilidad de que toda persona pueda realizar su plan de vida. Si no hay salud todo lo demás es nada.
Jorge Cienfuegos
Académico Escuela Química y Farmacia U. Andrés Bello