La Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) es un hito crucial en la vida académica de los estudiantes, que puede generar una cantidad considerable de estrés y ansiedad. Las pruebas de la PAES se rendirán durante 3 días consecutivos: lunes 2, martes 3 y miércoles 4 de diciembre.
Juan Carlos Urbina, académico de la Carrera de Psicología de UDLA, comenta que, desde la perspectiva de las neurociencias, es esencial reconocer cómo el estrés afecta el sistema nervioso y qué estrategias pueden emplearse para optimizar el rendimiento cognitivo y emocional durante esta prueba.
“El sistema nervioso, compuesto, en parte, por el cerebro y la médula espinal, regula nuestras respuestas emocionales y cognitivas. El estrés asociado con la PAES puede desencadenar una respuesta de lucha o huida a través del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal. Esta respuesta aumenta la liberación de cortisol, una hormona que, en niveles elevados y prolongados, puede afectar negativamente la memoria, la concentración y en general al rendimiento de los estudiantes”, explica el académico Magíster en Neuropsicología y Educación, quien dice que la evidencia neurocientífica apunta a poner especial cuidado en aspectos como:
- Sueño adecuado: es vital para la consolidación de la memoria y el aprendizaje. Durante este proceso, el cerebro procesa y organiza la información adquirida durante el día, facilitando la retención a largo plazo. La falta de un descanso reparador puede disminuir la capacidad de atención y aumentar la irritabilidad.
- Alimentación: comen de manera balanceada brindará los nutrientes necesarios para que el organismo transite los periodos de estrés con un mejor respaldo biológico.
- Ejercicio: ayudará a estimular neurotransmisores y hormonas vinculados al bienestar físico, emocional y cognitivo, contribuyendo con ello a generar una mayor cantidad de factores protectores para la persona.
“Tener en cuenta la importancia del sistema nervioso a la hora de preparar una prueba tan importante como puede llegar a ser la PAES, podría brindar a las personas un acceso facilitado a estrategias que puedan propiciar un mejor rendimiento, pero a la vez una percepción de bienestar mayor a quien debe atravesar una evaluación que, en algunos casos, pudiese llegar a ser crucial en la vida o futuro de quien la realiza. Cuidando los tres aspectos mencionados, sueño, alimentación y ejercicio, las personas podrían contar con factores protectores para su mejor rendimiento y mayor bienestar”, expresa el psicólogo.








