Señor Director: Actualmente, en Chile, el promedio de edad en el cual se hace el diagnóstico de la capacidad auditiva sin contar con programas de detección precoz es alrededor de los 3 años. El diagnóstico de la hipoacusia (disminución de la capacidad auditiva) en niños es un desafío sobre todo cuando la hipoacusia es de grado leve a moderado y, aún mayor, si sólo afecta un oído.
En la clínica diaria, la evaluación de la audición se limita a preguntas simples y pocos específicas, tales ¿Cómo escucha su hijo? o interrogantes simples directas y casi de respuesta a automática a los niños (¿Cómo estás? ¿Cuántos años tienes?). Estas son limitadas, ya que se ha visto que los niños con hipoacusia leve, moderada e inclusive unilaterales no tienes dificultades de esa índole, sus problemas se evidencian en el aula, lugar donde el ruido, la distancia y la reverberación, impactan en el desarrollo del aprendizaje y percepción acústica del lenguaje.
Estos niños son caracterizados por padres y profesores por estar ‘siempre en la luna’, ‘niños distraídos y con baja concentración’ y muchas veces son mal diagnosticados por déficit atencional.
En caso de que exista esta etiqueta, será mejor, a modo de prevención realizar algún tipo de examen auditivo, ya que si bien es cierto el déficit atencional y la hipoacusia tienen tratamiento, es muy diferente entre uno y el otro.
La detección precoz y la rehabilitación temprana, permiten tomar las medidas correctivas necesarias para superar el problema encontrado y así de esta manera evitar las complicaciones dadas por la pérdida auditiva como son un retraso significativo en el desarrollo del lenguaje, en los aprendizajes y en la madurez social y emocional.
Sofía Bravo
Académica Escuela Fonoaudiología U. Andrés Bello