El cuadro celeste está al borde de caer a la Serie B. Está en campo minado y lo que se le viene encima es fuego cruzado. Su próximo rival es Universidad de Chile, elenco que jugará todos los partidos que le quedan como si fuera una gran final porque de lo contrario también se puede ir “a los potreros”, claro que ahora cada pueblo tiene su buen estadio y esa frase quedó solamente como un recuerdo.
Además, Iquique está con mala suerte, porque le marcó (Oscar Salinas a los 64′) un gol a los “ruleteros”, pero un lineman marcó fuera de juego y el árbitro Julio Bascuñán le creyó a su compañero y decretó: ¡Anulado!
La decepción de los hinchas en el Estadio Cavancha fue total. Ni siquiera jugando como dueño de casa sirvió para lograr los 3 puntos. Hace rato que los dragones celestes no van a la cancha a jugar a la pelota. Tienen la mente en otro lado. No muestran pasión y menos “garra” , ese ímpetu que tanto le gusta a los iquiqueños de ayer, ahora y siempre. El entrenador Jaime Vera, de acuerdo a lo que se ve, no logra imponerse en el plantel. No se ve un sello de garantía.
Don Iquique, que es uno de los que más sabe de fútbol por estos lares de mar y pampa, también perdió el habla con este resultado. No quiso comentar nada. Debe estar molesto porque él sabe que no se busca en la valiosa cantera iquiqueña, esa que moja la camiseta.
Escuchamos en la galucha Andes, desde donde nos gusta mirar los partidos, a varios hinchas que gritaron los nombres de “Pipí” Carreño y del “Tigre” Cantillana, dos figuras locales que ahí quedaron, en el edén de los justos.
En resumen, porque no da para más, fue una pichanga que terminó sin goles con un Everton que hizo lo suyo y listo: 0-0.
Iquique está a un pelito de la zona de riesgo, con 24 puntos, esperando en la décima fecha, de la segunda rueda del Campeonato AFP Plan Vital de la ANFP, a Universidad de Chile, que tiene 21 puntos. Ese encuentro está programado para el jueves 17, a las 21.00 horas, en el Estadio Nacional. (Foto CDF)
