Señor Director: En Chile, como en el resto del mundo, experimentamos una velocidad de cambio vertiginosa y una constante reconfiguración de escenarios. En este contexto, el Día del Árbol nos ofrece una oportunidad: plantar un árbol es una declaración de visión de futuro, de confianza, una apuesta a largo plazo por la mejora del ecosistema y la regeneración.
Este acto nos recuerda la importancia de sembrar con constancia y propósito, reconociendo que los frutos y logros se cosechan cuando se trabaja con perseverancia, paso a paso. Podemos extender esta mirada a la educación, a la ciudad, entendiendo que el crecimiento y el bienestar dependen de la profundidad y el cuidado que pongamos en lo que plantamos hoy.
Ángela Ibáñez y Marcial Huneeus
Fundación Patio Vivo