En tiempos donde la hiperconexión digital se ha vuelto parte del día a día de niños, niñas y jóvenes, urge repensar cómo esta realidad afecta su salud mental. He observado con preocupación cómo la ansiedad y la depresión se han vuelto cada vez más comunes en las aulas. Se estima que hasta un 50% de los estudiantes chilenos presentan síntomas asociados a estos trastornos.
En el Día del Medioambiente (5 junio), propongo mirar hacia la naturaleza. La Terapia de Bosque, o Shinrin-Yoku, es una práctica que invita a reconectarse con el entorno natural mediante caminatas conscientes, meditación y exploración sensorial. Diversos estudios han demostrado que esta experiencia reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y favorece el descanso.
Incorporar esta terapia en escuelas y comunidades no solo puede mejorar el bienestar emocional, sino también fortalecer el vínculo con el medio ambiente. En un contexto de crisis ecológica global, enseñar a las nuevas generaciones a cuidar la naturaleza es tan urgente como cuidar su salud mental.
La salud humana y la del planeta están profundamente entrelazadas. Apostar por intervenciones como la Terapia de Bosque es sembrar bienestar, conciencia y sostenibilidad para el futuro.
Bianca Puntareli Vicencio
Académica de Terapia Ocupacional Universidad Andrés Bello