La familia real británica despidió al príncipe Felipe en una ceremonia íntima que abre otra etapa
El funeral fue planificado por el propio duque de Edimburgo. Emoción y dolor de la reina Isabel, sus hijos y nietos.
Durante más de 73 años, fue el esposo de la reina Isabela, el que caminaba a dos pasos detrás de la soberana. Ella y los británicos despidieron al duque de Edimburgo, bajo un sol glorioso, este sábado, a la hora de su muerte el viernes 9 de abril, en plena pandemia.
Sus súbditos descubrieron un rebelde, un modernizador al que no le dejaron cumplir sus planes, un abuelo ejemplar y divertido, un gran lector y pintor, un apasionado de la tecnología y especialmente, un militar, que planificó durante 18 años su propio funeral, y hasta diseñó su propio Land Rover verde olivo para llevar su ataúd.
Una dulce revancha de su verdadera identidad, aplanada por la lealtad a la reina y a la monarquía más tradicionalista.
Una ceremonia militar y familiar, donde el príncipe Felipe mostró orgullosamente sus raíces griegas y danesas, su inicial religión cristiana ortodoxa, antes de su conversión anglicana por matrimonio.
El Adiós a un Royal Marine, cuyo casamiento con la reina, en 1947, abortó una carrera militar que él amaba. Los militares británicos lo homenajearon con honores, como un veterano de la segunda guerra mundial, en su despedida.