- El aleteo de una mariposa en Hong Kong puede provocar una tormenta en Nueva York.
- Desde hace 350 años, Isaac Newton nos ha dicho que toda acción genera una reacción. Y la acción humana no escapa a esta realidad de la física.
- Los parques solares no consumen siquiera una gota de combustible fósil, pero requieren un trabajo cuidadoso y consciente.
- Desarrolladores y constructores de parques solares deben hacer los máximos esfuerzos para mitigar hasta el más mínimo daño ambiental.
A raíz de los reclamos efectuados por comunidades de Calle Larga, Región de Valparaíso, se me vino a la mente el conocido y verdadero Efecto Mariposa.
El Efecto Mariposa es un proverbio chino, el que junto a las investigaciones del matemático y meteorólogo Edward Lorenz, y vinculado a la Teoría del Caos; el aleteo de un insecto en Hong Kong puede desatar una tempestad en Nueva York.
Aunque no lo parezca, el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo. Suena impactante, pero es totalmente cierto, está demostrado.
Por otra parte, desde hace más de 350 años ya lo señalaba el físico, filósofo, teólogo, inventor y matemático inglés Isaac Newton, a través de su Tercera Ley de la física que nos señala que toda acción genera una reacción.
La acción humana no escapa a este efecto, y por ello es que como he señalado en columnas anteriores, los seres humanos (y de paso el reino animal) está pagando la factura de sus actos en materia de cambio climático.
En consecuencia, debemos ser estrictos al momento de realizar inversiones en energías renovables.
La energía solar fotovoltaica es un tipo de energía que no quema una gota de combustible fósil, sin embargo, al momento de su construcción, debemos ser cuidadosos con la flora y la fauna y mitigar toda clase de impactos ambientales y ecológicos.
La lógica del Efecto Mariposa nos hace concluir que las construcciones de los parques solares podrían provocar problemas, como aparentemente está ocurriendo con el desarrollo del parque Meseta de Los Andes en Calle Larga, pero al mismo tiempo, no me cabe duda que con la implementación de medidas mitigadoras, en las que se resguarde la relocalización de la fauna y la flora, se podrán reducir al mínimo estos tipos de daños.
Hernán Cortez Baldassano
Ingeniero Civil
