- Se aconseja chequearla periódicamente, ya que, si no es tratada, puede tener graves consecuencias para la salud.
La presión arterial alta o también conocida como hipertensión, es una enfermedad común que afecta a las arterias del cuerpo, en donde la fuerza que la sangre ejerce sobre las paredes de las arterias es más alta de lo normal. La presión arterial consta de dos cifras, una es la presión sistólica que es la que se produce al bombear el corazón la sangre hacia los vasos y la otra es la diastólica, que es la presión que queda en el vaso para que este no se colapse. Así cuando hablamos por ejemplo de presión 120/80 mmHg el 120 es la sistólica y el 80 es la diastólica. Se puede tener hipertensión sistólica o diastólica, o ambas.
Se habla de hipertensión cuando la presión de la sangre en nuestros vasos sanguíneos esta sobre 135/85 mmHg o más, en adultos a cualquier edad. A causa de la hipertensión arterial el corazón debe trabajar más para bombear la sangre, lo que puede acarrear graves consecuencias a la salud.
La Dra. Sonia Kunstmann, jefa del servicio de Cardiología de Clínica Universidad de los Andes, explica que “generalmente la hipertensión es asintomática, no más allá de un 20% tiene síntomas, por lo que las personas solo saben que presentan esta patología cuando controlan la presión con un esfingomanómetro, aparato que tiene la función de tomar la presión”.
Aunque suele ser asintomática, a veces puede manifestarse con dolor de cabeza, mareo, zumbido de oídos, dificultad respiratoria, dolor de pecho, palpitaciones, hemorragias nasales o hemorragia subconjuntival (en el ojo). A raíz de esto, si no es tratada a tiempo puede generar complicaciones mayores, dañando órganos o causando enfermedades como:
- Lesiones graves en el corazón, como infarto al miocardio o deterioro de la función global del corazón
- Lesión grave en el cerebro, con accidentes vasculares como hemiplejia entre otros
- Falla en el funcionamiento de los riñones
- Trastornos importantes en la retina y alteraciones de la visión
La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que en el mundo hay 1.280 millones de adultos entre los 30 a 79 años con hipertensión, de los cuales un 46% desconocen que padecen esta afección. Por esto y para crear consciencia sobre la importancia de diagnosticar y tratar a tiempo esta patología, cada 17 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hipertensión Arterial.
El 95% de las veces la hipertensión arterial se debe a factores genéticos y hereditarios, y los factores ambientales contribuyen a que estos genes se manifiesten. Entre estos factores de riesgo que aumentan la posibilidad de sufrir esta condición médica, está la edad (ya que los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos con la edad), especialmente sobre los 50 años. La obesidad, diabetes, sedentarismo, y una dieta rica en sal.
Para prevenir la hipertensión, la Dra. Kunstmann comenta que “es importante controlar la presión arterial, al menos, cada dos años a partir de los 18, y una vez al año después de los 45 años, mientras que aquellos con enfermedades crónicas, deben hacerlo con mayor frecuencia”.
En caso de presentar esta condición médica, el uso de fármacos dependerá de la salud general y presión de cada persona y las indicaciones que dé el médico. Sin embargo, existen medidas relacionadas con cambios en el estilo de vida y que ayudan a tratar esta patología, como:
- Disminuir la ingesta de sal
- Seguir una dieta equilibrada rica en frutas y verduras
- Evitar el consumo excesivo de alcohol
- Realizar actividad física de manera regular (ojalá 3 veces a la semana)
- Mantener un peso adecuado
- Evitar el consumo de tabaco
- Dormir entre 7 y 9 horas diarias