En las últimas semanas, hemos visto un aumento considerable en el e-commerce y un uso muchísimo más alto que lo registrado con anterioridad en materias de teleducación, teletrabajo y telemedicina, por mencionar a algunos.
Sin ningún lugar a dudas, sabemos que esto es un punto de no retorno. No sólo, porque hoy en día no tenemos muchas certezas en torno a la recurrencia o estacionalidad con la que el COVID-19 será parte de nuestras vidas en adelante, o cuánto demorarán en llegar las soluciones médicas o farmacológicas para hacerle frente, sino que, además, porque nuestras sociedades -en todo el mundo- dieron el salto a la tan esperada y vaticinada Transformación Digital y, después de eso, la vida no será la que conocíamos.
Esta puede ser una excelente noticia para todos como ciudadanos, al permitirnos mantener el funcionamiento de nuestros negocios, sostener nuestro sistema educativo y conservar un estándar de vida incluso en situaciones extremas como la que hoy vivimos. Pero, ¿qué pasa con los miles de ciudadanos en Chile que aún no tienen acceso a los beneficios de Internet?
En Chile, según datos de la Mesa 16 de Compromiso País, aún existen 632 localidades, con sus más de 77 mil habitantes que no cuentan con Internet. ¿Cómo le pedimos a esos ciudadanos que estén en sus casas?, ¿cómo podemos garantizar que esos niños continúen con su año escolar? y, por sobre todo, ¿cómo le pedimos a nuestros adultos mayores -población que hoy es más vulnerable que nunca- que no se expongan a visitar sus consultorios?
Me detengo en esta última reflexión, pues tenemos una deuda tremenda con los adultos mayores en el país. Son precisamente ellos quienes más necesitan las herramientas que entrega Internet para acercarse a sus seres queridos y poder mantenerse sanos en estos días, pero son, a la vez, la población que registra el menor índice de uso de esta herramienta. De hecho, según un estudio sobre usos de Internet publicado por Pais Digital, solo un 10% de los adultos sobre 80 años usa Internet.
Hoy en día existe la tecnología para poder atender a esta población vulnerable en sistemas de calidad. De hecho, miles de médicos en el mundo se han volcado a la entrega de servicios a través de plataformas de video-llamadas. Un ejemplo de ello es que el gobierno de Estados Unidos anunció que, por esta pandemia, este sistema de atención estaría incluído para adultos mayores en su programa MediCare.
Sin ir más lejos, en Chile hemos piloteado esta tecnología de tele-consulta con excelentes resultados, pero con el dolor de saber que no estamos llegando a las personas que más lo necesitan hoy.
Necesitamos que esta tecnología esté disponible para todos los habitantes del país y, para ello, creemos que es crucial avanzar con proyectos de telecomunicaciones como la licitación de espectro para el despliegue del 5G, que recientemente se pospuso, y el Proyecto de Fibra Óptica Nacional, ya en avance.
Estos despliegues serán las carreteras que permitirán llevar el desarrollo y las oportunidades a todos los hogares de Chile y no seguir reproduciendo brechas que hoy, generan ciudadanos de primera y segunda categoría.
Por Nicolás Durán, CEO de CoTalker y AguCare
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