Señor Director: Es común escuchar a políticos, comentaristas, politiqueros y a gente que escucha cantar al gallo, pero no sabe dónde.
Sin embargo, para “dárselas” pronuncian frases hechas y desconocen su origen.
Las más recurridas son: “Deja que los perros ladren” y “Si queremos que todo siga como está es preciso que todo cambie”.
La primera jamás la escribió Miguel de Cervantes Saavedra en su obra “El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha”; no la pronunciaron el Quijote ni Sancho. Hay una interpretación de algo parecido a la manida frase.
La segunda está en el libro “El Gatopardo”, del siciliano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957), quien no vio publicada su única obra, la que salió a la venta un año después de su muerte en 1958.
Muchos de los que se refieren a esta novela no la han leído, pero sí vieron la película de Luchino Visconti, en 1963, con los actores Burt Lancaster, Claudia Cardinale y Alain Delon, entre otros, que ahora es posible ver en Youtube.
Giuseppe Tomasi de Lampedusa, en un pasaje de su novela pone en boca de uno los protagonistas, el joven Tancredi: «Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi» («Si queremos que todo siga como está es preciso que todo cambie»).
Y, con más patudez aún, hay algunos que relacionan el color del (Gatopardo) con que no es café ni pardo, sino que cambia y depende de la luz… No saben que el ágil felino estaba en el blasón del príncipe Salina, protagonista de la historia.
¿Se fijan? Para hablar y comer pescado, hay que tener mucho cuidado, porque siempre hay alguien que sabe más que uno. Y, reconocerlo es de nobleza.
La novela, dicen los expertos, muestra la acción de los sistemas interconectados de intereses que controlaban la sociedad siciliana en 1860 y 1950 y que siguen controlándola hoy. La agudeza política de Lampedusa sobre la adaptación de Sicilia a las nuevas realidades proporcionó una frase que, desde entonces, ningún comentarista ha dejado de citar: «Si queremos que todo siga como está es preciso que todo cambie».
Ebsa Sám, de Cavancha
(La foto que acompaña esta carta es una escena de la película “El Gatopardo”, de Luchino Visconti).