La campaña electoral, presidencial, parlamentaria y regional entra a sus dos últimas semanas. Los candidatos intensifican su trabajo y sus comandos políticos no pierden tiempo. Cada día que pasa es como si fuera el último autorizado para hacer propaganda. Necesitan ganar audiencia, estar en las noticias y en diversos medios informativos. Se esmeran por captar gente que les den el voto el próximo 21 de Noviembre. Ese día será el gran momento de la verdad.
Antes de continuar profundizando en este escenario, me detendré en la lucha por llegar a la Moneda. Hay dos matices discursivas de campaña que se ganaron los titulares: a) S. Sichel “dejando en libertad de acción a los partidos, UDI y RN; b) Yasna Provoste en contra del candidato, G. Boris, criticando a este por la ausencia de un Programa de gobierno.
En ese mismo orden, un par de reflexiones al paso del diario acontecer, más allá de la tendencia de la derecha moderada que representa S. Sichel. Considero que la base más elemental de ser miembro de un partido es la disciplina y la lealtad hacia quien ganó las primarias en este sector. Por lo tanto, es impresentable que las directivas de ambos partidos no llamaran a sus militantes y parlamentarios a respaldar a S. Sichel. El llamado de atención público del candidato fue oportuno, enérgico y denota una sinceridad de principios políticos de la derecha moderna. Insistiré, ello implica un llamado a las lealtades, defendiendo el respeto y la fidelidad con los propios valores morales de la derecha. Su discurso, muestra una postura cívica inequívoca. Era hora de poner orden en sus filas. Fueron declaraciones fuertes y valientes, pues deja atrás a la derecha “pinochetista”.
Por supuesto, en este sector si hay políticos que se sienten identificados con J.A. Kast. Entonces, sinceramente por una cuestión de consecuencia, deberían emigrar al partido Republicano y punto. Total la crisis de representatividad de los partidos políticos y desconfianza por sus manejos internos es un hecho que se manifiesta en el “Estallido social”.
Ahora repasemos las declaraciones de Y. Provoste. Apunta sus fuegos al candidato que lidera, las encuestas de opinión pública; de la izquierda no dogmatizada, joven y democrática. Según mi parecer esta crítica política es totalmente correcta. Desde la perspectiva que puede ser el próximo Presidente de Chile, la ciudadanía tiene el justo derecho a saber el curso que va a tomar el próximo Ejecutivo, las metas que se propone mientras dure su mandato, etc. Sin dudas, el proyecto político involucrado en la Moneda resulta vital para la gente por muchas razones. Entonces, primero tenemos que el programa lo publicó, después lo retira de sus páginas sociales para perfeccionarlo. Todo lo cual, denota que su equipo de campaña, simplemente cometió un serio error de apresuramiento y que se careció de capacidad de análisis. Toda vez que el “Programa” está metido en el ADN de los chilenos. Finalmente, hablando de los Programas, éstos contienen y prometen muchas soluciones muy sentidas por las grandes mayorías. Sin embargo, como dice un viejo adagio “otra cosa es con guitarra». Ya que después, se abandonan y/o pasan a segundo plano. Al final cosas para pensar.
En este escenario, se puede concluir que entramos en la fase del “Todo o nada”. Los candidatos, en lo que resta de campaña despliegan lo mejor de sus propuestas, a veces a como dé lugar. Claro, en esta fase nada se deja al azar y a la improvisación. Aquí no se trata de errores de cálculos matemáticos o de estacionarse en un lugar prohibido y tal vez nos libremos de una multa. Por lo tanto, un error es parte de la vida, pero en política, inmediatamente pasan la cuenta, con mayor razón, a este nivel de competencia presidencial
¿Qué está en juego en la carrera al sillón en la Moneda? Desde mi perspectiva, lo que está en discusión importante, no es si gana la izquierda o la derecha, en definitiva, es la marcha por los cambios estructurales y de armonizar una Carta Fundamental con un Gobierno a favor de levantar un modelo socioeconómico más igualitario, solidario, y justo, que sea posible. Con instituciones fuertes y dignas de confianzas. Con un rol del Estado en bien del país y no de algunos pocos dueños del poder. Es decir un Estado al servicio público y no a favor de los negocios. Los chilenos no pueden ser víctimas de un mercado de capitales financieros especulativos; que abusan del poder del libre mercado de manera descarada, grosera y antipatriota. En conclusión, lo que está en juego es quien encarna mejor este proceso político.
Por supuesto, es una tarea difícil, muy grande y titánica. Hay quienes sirven al actual modelo en crisis, ganan sueldos multimillonarios y son quienes se han enriquecido a costa del esfuerzo y sacrificio del pueblo chileno. Ellos, los famosos “expertos y profesionales de grado superior, incluye a ciertos políticos ligados a estatus del poder económico” en forma transversal salen en diversos medios defendiendo a las AFP’s, se oponen al 4to., retiro y aplauden al Banco Central por su papel de subir las tasas de interés. Justifican lo injustificable con argumentos técnicos que rayan en lo espurio
Pero, nada dicen que con mayor inflación, al unísono, sube en la misma proporción la recaudación del Fisco. Una teoría económica básica y simple que ignoran. Asimismo, en forma invisible suben, lo subrayo, suben las ganancias de las empresas. Donde a propósito ya hicieron el retiro de más de 12 mil millones de dólares de sus utilidades. Aquí se olvidaron de las estadísticas y de cuantificar el crecimiento de estos fondos y cómo afecta la inversión y el empleo. En concreto, los únicos que pierden somos nosotros, ¡El pueblo!
En bien del presente y futuro del país, no solamente hay que votar informado, sino también, sobre todo saber votar. Aquí, no se trata de hacer hincapié en “marcar una sola rayita”. Estamos hablando de votar con conocimiento de causa. En un humilde parecer, mi elección presidencial será por quien mejor garantice estos compromisos políticos de construir un Chile mejor para todos y todas. No me dejaré llevar por un eslogan publicitario y que repiten lo mismo que hizo el actual Presidente Piñera. En tal sentido, amigo/amiga lector, como siempre sostengo, si usted tiene otra corriente de opinión, yo asumo la obligación de corazón de respetarla.
Nelson C. Mondaca Ijalba
nmonijalba@gmail.com
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