En un nuevo aniversario del mes del mar, y al aproximarnos al glorioso 21 de mayo, conoceremos día a día a cada uno de quienes formaron la guarnición de Artillería de Marina de la Esmeralda y que tan heroicamente combatieron en Iquique.(Del libro «¡Al abordaje muchachos! Los inmortales de la Esmeralda*
Qué podemos decir de la vida de un pequeño niño que lo único que logró hacer en su corta vida, fue servir a la patria y cumplir las órdenes del mayor héroe de Chile, el comandante Arturo Prat Chacón, hasta morir víctima del enemigo, alentando con su corneta a sus compañeros de armas y llamándolos a pelear por su país.?
Había nacido en el puerto de Valparaíso el 6 de Enero de 1864, siendo hijo del matrimonio compuesto por Domingo Cabrales y María González.
El pequeño Tambor o corneta, como se conocían indistintamente, pertenecía al regimiento de Artillería de Marina, específicamente a la 3a compañía, y había sido destinado a cubrir la guarnición de la corbeta Esmeralda.
La información sobre su muerte es extraída del hermoso libro «La Dotación Inmortal», publicado por el Museo Naval y Marítimo, siendo uno de los libros biográficos más completos de los tripulantes de la Esmeralda.
«Otro de los íconos heroicos del combate, es el corneta Gaspar Cabrales, que tan solo con 15 años no se despegaba del comandante ya que era el Corneta oficial de la tripulación de la Esmeralda…Cuando Prat ordenó el abordaje, su orden no pudo ser transmitida por Cabrales. En ese momento su cuerpo había sido atravesado por varios proyectiles de fusil.
El infeliz niño soldado, ejemplar típico de la palomilla brava de Valparaíso, yacía muerto: una granada del monitor le había arrancado la cabeza. Caído en toldilla, Cabrales falleció con sus dedos oprimiendo la corneta.»
En el sumario de montepío que elevan sus padres al Supremo Gobierno, indistintamente hablan de Cabral o Cabrales, pero hay un detalle bastante peculiar a investigar. Habla que la madre del corneta había fallecido el 24 de Septiembre de 1862, lo que significa que es dos años antes de nacer Gaspar, lo que es imposible. Esto se hace saber y se supedita la entrega de la pensión a su padre a la solución del error.
Como finalmente se le hace acreedor de dicha pensión, debió haberse corregido la fecha y correspondería a un año posterior.
Quizás por eso, al quedar sin madre a muy corta edad, así, niño como era, buscó un futuro en la Escuadra Nacional de Chile, un futuro que no sería muy prolongado en su vida, pero eterno en la gloria y el recuerdo de sus conciudadanos.
Un hombre solo muere cuando se le olvida
Mauricio Pelayo González