En días pasados hemos visto como la comunidad de Caleta San Marcos efectuó una protesta, con la finalidad de visibilizar una problemática que se arrastra por más de 20 años. Esa protesta conllevó a bloquear el tránsito por la carretera.
Se originó por la problemática del agua, que por lo demás existe en muchos lugares del país.
Las zonas rurales y caletas de pescadores han sido como el hermano pobre del problema, tratándose de resolver, a la fecha, mediante el envío de camiones aljibes dependiendo de la voluntad de las autoridades de turno.
El reclamo esencial es que en San Marcos los habitantes viven, más bien subsisten, con 2 litros diarios de agua por persona.
En contraposición, la Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea una exigencia mínima de 100 litros diarios por persona. Resulta ser una diferencia abismante con lo reglado por la autoridad mundial.
Es preocupante ver cómo problemas que nos atañen desde hace dos décadas no pueden resolverse. Qué pasa, en circunstancias de que las tecnologías existen desde hace mucho tiempo.
Al parecer no se entiende bien la democracia y las demandas sociales. Tampoco el equilibrio de la cancha. Las personas necesitan resolver sus problemas básicos. Qué más básico que disponer de agua.
¡Verdaderamente cuesta entender que no se entienda ¡
A veces recibo excusas como es que el producir agua es muy caro, porque el 50% del costo de producir agua es energía. Rotunda equivocación.
Eso pasa con sistemas de antaño, los cuales operan con energía desde la red, que de por si es cara, pero desde hace dos años los ingenieros europeos han desarrollado plantas desaladoras que funcionan con energías renovables, muy abundante en el norte, las cuales permiten llegar a valores bajo los $ 500 por m3 de agua, en circunstancias de que los sistemas actuales la producen a sobre $ 1.500. Ni mencionar el valor al cual se vende a las comunidades.
Obviamente todo parte por las autoridades de turno que colaboren activamente en este propósito.
Resolver estos temas a la brevedad será muy positivo para la convivencia nacional, para la democracia, para el desarrollo de las comunidades y las personas, para equilibrar la cancha y hacer de Chile, con toda su gente, sin exclusiones, un país mejor.
Hernán Cortez Baldassano
Ingeniero Civil U de Chile
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