Lo anunció la Conmebol a través de su cuenta de Twitter. “La postura de Boca es no jugar en estas condiciones”, afirmó Richarte, vice tercero del club, tras la brutal agresión al micro xeneize. Pablo Párez y Jara, los más afectados. Finalmente, primó la cordura y el partido se postergó para el domingo a las 17.00 horas.
La expectativa tan grande derivó en lo que muchos temían. Todo se desbordó. Ni siquiera el promocionado operativo de seguridad para la Superfinal pudo evitar que se produjeran graves incidentes, dentro y fuera del estadio Monumental.
«Debido a los hechos sucedidos con el bus del club Boca Juniors, el partido ha sido postergado para las 18 (después se dijo a las 19.00 y, finalmente, para mañana a las 5 de la tarde., informó la Conmebol en su cuenta oficial de Twitter).
La incógnita se extiende, aunque el panorama es oscuro.
Desde Boca ya le informaron a River y a Conmebol que no están en condiciones de jugar el partido: Pablo Pérez, capitán del equipo y Gonzalo Lamardo, juvenil que acompañó al plantel, fueron trasladados a un hospital para ser atendidos.
Todo indica que pese a la intención de Conmebol de querer jugar más tarde, la Superfinal no se jugaría hoy.
Seis jugadores vomitaron y quedaron tirados en la antesala el vestuario: Carlos Tevez, Fernando Gago, Julio Buffarini, Agustín Almendra, Nahitán Nandez y Darío Benedetto.
A las 16, una hora antes de la hora señalada, los cinco médicos de la Conmebol que habían atendido en el vestuario a los jugadores de Boca heridos, se reunieron con Angelici y D’Onofrio para tomar la decisión de qué camino seguir. (Consignado por Clarín de Buenos Aires)