Las sustancias inhibidoras de la voluntad no hacen efecto vía respiratoria o cutánea en un roce casual, pero sí al ingerirse en bebidas o alimentos.
Los testimonios que cada cierto tiempo circulan en redes sociales y medios de comunicación de personas que han sufrido episodios depérdida de conciencia en la vía pública por acción de terceros, tienen como denominador común la utilización de las denominadas drogas por contacto.
De acuerdo a los relatos, tras un leve roce con las manos o papeles ofrecidos por un desconocido en la calle o transporte público, los afectados declaran haber sentido síntomas como taquicardia, desvanecimientos, desmayos y amnesia, los que atribuyen a sustancias aplicadas en la piel o por aerosol en un ataque con fines delictuales. En este escenario, la más nombrada es la escopolamina, conocida popularmente como burundanga.
“No se puede atribuir a las llamadas drogas por contacto los efectos descritos”, aclara el urgenciólogo especialista en toxicología de Clínica Alemana, doctor Ricardo González, no obstante advierte sobre el riesgo que sí puede implicar la ingesta oral de “alimentos o líquidos contaminados que hagan efecto en el tracto gastrointestinal”.
En cuanto a la posibilidad de que estas sustancias puedan ingresar al organismo por vía respiratoria o cutánea –como se afirma en muchos testimonios–, el especialista señala que esa forma de administración en aerosol o polvo sólo funciona en cantidades muy abundantes, por lo que descarta su efectividad en situaciones de tipo casual donde no se advierta su presencia. Y respecto a la utilización de parches con este mismo fin, el doctor González indica que “algunas formulaciones de escopolamina pueden liberar un miligramo en tres días, pero las dosis que se utilizan en ilícitos con el fin de provocar pérdida de consciencia se describen entre 60 y 80 miligramos, por lo que es muy poco probable que una droga por contacto comience a actuar tan rápidamente en el sistema nervioso, se metabolice y luego produzca sus efectos”.
El especialista recalca que, incluso, los medicamentos intravenosos toman tiempo, por lo cual “es casi imposible que por vía cutánea se logren las consecuencias descritas”.
Riesgos por ingesta de drogas
El mayor peligro se produce cuando las personas concurren a un bar o lugar de entretención sin percatarse de que le han administrado una dosis en sus bebidas. “No se trata de drogas recreativas, debido a que no se consume por decisión propia para generar determinado estado de ánimo o satisfacer una adicción, sino que su objetivo es inhibir la voluntad”, advierte el doctor González.
En un escenario como el descrito, la sustancia puede provocar consecuencias como la pérdida de consciencia, por un plazo de hasta 72 horas. Por eso, puntualiza, el ideal es que la persona que sospeche haber sido víctima de un ataque de este tipo, haga la denuncia y acuda a un facultativo que emita la orden médica para realizar los exámenes de laboratorio de rigor.
¿Qué es la burundanga?
La burundanga -que es el nombre de origen afrocubano con el cual se denomina principalmente a la escopolamina- proviene de plantas que la contienen en diferentes concentraciones, y pueden actuar sobre las zonas del cerebro que se relacionan con la memoria y las funciones cognitivas.
Por sus efectos síquicos y físicos, se presume que se usa con fines delictuales para doblegar la voluntad de las víctimas y ordenarles realizar determinadas acciones.
Síntomas de intoxicación por drogas
La ingesta de escopolamina puede causar los siguientes efectos:
Sequedad de las mucosas.
Dilatación de las pupilas.
Visión borrosa.
Debilidad del pulso.
Síndrome vertiginoso, entre otros.
En dosis muy altas, produce arritmias cardíacas, taquicardia severa, fibrilación, insuficiencia respiratoria, colapso vascular y, finalmente, la muerte.
(Fuente: Clínica Alemana)
