Según datos del Banco Central, la Guerra Comercial entre Estados Unidos y el gigante asiático ha afectado negativamente la inversión extranjera, llevándola a su menor nivel en dos años. De hecho, entre enero y mayo de 2019 el flujo de capitales descendió un 33%, totalizando US$ 4.800 millones en el periodo.
Dicho escenario de inestabilidad económica, que se ha sostenido durante todo el 2019, ha incidido directamente en la economía de nuestro país, y como segunda derivada en el sector logístico, que ha visto cómo las grandes empresas han comenzado a intentar manejar de mejor manera sus inventarios, lo cual se refleja en el último informe de comercio exterior del Banco Central el cual muestra una disminución en la importación de bienes. Ésta medida “preventiva” es un arma de doble filo, ya que el no tener un control certero en esta materia, puede generar aún mayor incertidumbre, terminando con un descenso severo en las ventas debido a retraso de las mercaderías o cortes de stock.
Frente a este contexto es que resulta imperante que la logística se ponga a la altura de las necesidades, implementando servicios con mayor tecnología, como el uso de torres de control internacional o manejando la cadena de inventario de forma global para así ajustarla a los requerimientos de cada uno de los mercados o destinos finales. Estas herramientas deben estar enfocadas en controlar mejor los tiempos y visibilidad de los inventarios, ya que un buen manejo logístico es vital para generar ahorros y minimizar los riegos de pérdidas de ventas o exceso de inventarios.
Medidas como las mencionadas son alternativas certeras para mantenerse a flote durante este complejo período y al mismo tiempo, deben ser vistas como una oportunidad para continuar forjando un camino de innovación en nuestro rubro.
Matías Quiroga,
Gerente Comercial Sur América, APL Logistics